Un millón de sueños

Con la perspectiva de los años, revisito la música de la cantante Cecilia (1948-1976) gracias a un programa de Radio Nacional de España que reseñaba el libro Cecilia 2, por Eduardo Bravo (Lengua de Trapo, 2024).

La mayor parte de nosotros recordamos a la cantautora por el éxito de Un ramito de violetas, que dio título a su tercer LP, o por otras canciones de su primer álbum como Dama, Dama o Mi querida España, pero Cecilia fue mucho más. Su segundo disco, Cecilia 2, nació bajo el signo de los discos malditos.

Cecilia nace como Evangelina Sobredo en 1948 en El Pardo, Madrid. Hija de diplomático, la educan en inglés, y su infancia y la de sus siete hermanos transcurre en Estados Unidos, Portugal, Argelia, Jordania y Reino Unido, entre otros países. A finales de los sesenta se establece en España para estudiar Derecho pero en 1971 su talento y su pasión por la música la llevan a dedicarse a ella profesionalmente, firmando un contrato con CBS.

En 1973, Cecilia había compuesto diversos temas en inglés y en español y cosechado un gran éxito comercial con su primer álbum Cecilia, y en su segundo LP, mucha gente esperaba más de lo mismo. En lugar de eso, la artista se sinceró emocionalmente y decidió abordar temas espinosos, que llevaban décadas silenciados —la memoria de la Guerra Civil (Un millón de muertos), la emancipación femenina (Me quedaré soltera), el suicidio (Si no fuera porque)—, pero que pronto transformarían el país de arriba a abajo.

Cecilia compuso la canción Un millon de sueños inspirada por la novela de Jose Maria Gironella Un millón de muertos. En palabras de Eduardo Bravo, «hablaba de cómo la Guerra Civil y sus ausencias atravesaban, todavía en 1973, la existencia de la población española».

El título de la canción debería haber sido Un millón de muertos, pero la censura lo echó para atrás. A pesar de que supuestamente la Ley de Prensa de 1966 había suavizado las restricciones a la libertad de expresión y creación artística, «los músicos debían pasar sus obras por el organismo censor, que podía limitar su distribución, difusión o incluso retirarlas de la circulación de manera sobrevenida, con la consiguiente sanción» –cuenta el libro– generando inseguridad jurídica y en ocasiones graves prejuicios económicos a las empresas culturales.

Así, Un millón de muertos se convirtió en Un millón de sueños, a pesar de que el término muertos se mantuvo en la canción.

Teresa Sobredo explicaba en una entrevista que su hermana no tuvo problema en cambiar [el título] ante la censura […]. De hecho, decía que «un millón de sueños es lo mismo que un millón de muertos, porque los asesinos acababan con todo, hasta con los deseos,» explica Ana Fernández Cebrián, que ve una clara conexión entre el tema de Cecilia y los deseos y utopías de las generaciones que vivieron la Guerra Civil. Un millón de sueños conecta con la historia de represión y violencia que atraviesa las vidad de la gente bajo la dictadura en la esfera pública, pero también en la esfera privada, al reflejar cómo esa represión se filtra en la vida familiar y en la intimidad: en los sueños, el lenguaje, los afectos y los deseos».

Cecilia 2. La historia del disco que no pudo ser, por Eduardo Bravo [p.66]

Como la canción ya había sido grabada y el disco era una realidad, no impidieron su publicación, pero sí su difusión especialmente en la radio, que en esa época era el único medio de difusión musical:

Consideramos oportuno advertirle que la canción Un millon de sueños, que encabeza la cara B de este disco, ha sido calificada de «no radiable».

Nota de Discos CBS, citada en Cecilia 2 [pag. 75]

El libro desvela toda la historia de la canción…

Cuando parecía que el asunto estaba resuelto, la cosa se complicó. Cecilia fue denunciada y tuvo que hacer frente a un proceso judicial para dilucidar si la letra de su canción tenía consecuencias penales. De esta forma, el 28 de noviembre de 1973, Evangelina compareció en el Juzgado de Orden Público número 2 para explicar al juez el significado de la canción. «La guerra a la que aludo en mi canción no es la Guerra Civil española, sino la Guerra de los Seís Días que yo misma viví durante mi estancia en Ammán», explicó.

Cecilia 2 [pag. 77]

Al final el proceso fue archivado. Lamentablemente, Cecilia murió en un accidente de tráfico en agosto de 1976. Tenía solo 27 años. Tal como cuenta en el prólogo, fue el autor quien, con su insistencia ante la discográfica, consiguió que se pudiera escuchar de nuevo el disco Cecilia 2 en plataformas digitales incluso antes de la publicación del libro. No dejen de escuchar las canciones.

Gracias al archivo público online de RTVE, aquí se puede escuchar una entrevista original con Cecilia en febrero de 1975, y el programa que me dio a conocer el libro de Eduardo Bravo (empiezan a hablar de él a mitad del programa).

Lean la letra de Un millón de sueños. Escuchen esta canción y lean el libro de Eduardo Bravo que recupera la historia de Cecilia 2.

Ahora vivo a costa de un millón de muertos.
Un millón de tumbas, un millón de espectros.
Ahora vivo a costa de un millón de cuerpos.
Un millón de sombras, un millón de sueños.

¡Cuánta tumba!
Ya no hay tierra para cavar en ella.
Para dejar sin nombre tanto hombre.

¡Cuántos nombres en la historia!
Son dueños de las glorias.
¿Cuántos hombres cuestan las victorias?

Ahora vivo a costa de un millón de muertos.
Un millón de tumbas, un millón de espectros.
Ahora vivo a costa de un millón de cuerpos.
Un millón de sombras, un millón de sueños.

¡Cuánta sangre se ha perdido!
Cuánto honor herido.
En estas guerras crueles sin laureles.

¡Cuánta hambre se ha pasado!
Hambre por cada lado.
Hambre de paz, hambre de hombre honrado.

Ahora vivo a costa de un millón de muertos.
Un millón de tumbas, un millón de espectros.
Ahora vivo a costa de un millón de cuerpos.
Un millón de sombras, un millón de sueños.

¡Cuántas lágrimas lloradas!
¡Para lavar las llagas!
¡Para olvidar los muertos con el tiempo!

¡Cuántos ojos, cuántas caras!
¡Cuántas vidas cortadas!
¡Cuántas ilusiones enterradas!

Ahora vivo a costa de un millón de muertos.
Un millón de tumbas, un millón de espectros.
Ahora vivo a costa de un millón de cuerpos.
Un millón de sombras, un millón de sueños.

FOTO: Cecilia (1974) por Alfredo Fraile Lameyer Management. Public domain

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Presos del franquismo de la A a la Z

Jaume Iserte

Luis Puicercús ha publicado el libro Presos del franquismo de la A a la Z. La represión de la dictadura (1963-1977) (editado por Fundación Aurora, 2022). Es un abecedario de la represión del tardofranquismo, en el que se exponen nombres, apellidos, origen geográfico y pertenencia partidaria de todos los presos. Nuestro colaborador Jaume Yserte ha entrevistado al autor con motivo de la incorporación de los 14.441 nombres de los presos de su investigación a nuestra base de datos (descripción aquí).

¿De dónde sale la idea de hacer el libro?

Un comentario previo, los presos, torturados y asesinados nunca fueron víctimas sino represaliados. Víctimas son las afectadas por un bombardeo, de una plaga o similar, nunca por haber luchado contra la dictadura. Después de la muerte de Franco nadie se preocupó de recordar a quienes fueron represaliados en la lucha contra la dictadura. Era un deber hacerlo y me dediqué en cuerpo y alma a ello .

¿De qué trata el libro?

Es una relación de más de 14.000 nombres de presas y presos. Se incluyen también listados de personas que fueron heridas y torturadas además de otros de abogados antifranquistas solidarios, y represores franquistas: jueces, militares y policías torturadores entre  1963 y 1977.

¿Qué aporta el libro al reconocimiento de las víctimas?

Pone caras, nombre y apellidos a quienes lucharon contra la dictadura.

¿La realización de este libro culmina una deuda histórica con las víctimas?

En ningún caso es una culminación, sino una continuación de esa deuda para con los que lucharon consecuentemente contra el franquismo. Es un un reconocimiento y un homenaje.

¿Cuánto tiempo ha tardado en elaborar el  libro?

Quince años, aunque muchos datos ya los había empezado a recopilar desde mi salida de la cárcel en 1975.

¿Por qué investigar el período 1963-1977? ¿Cuál es su  experiencia personal en relación al tema del libro? 

Es el que viví de alguna manera, lo que se dio en llamar el tardofranquismo. Mi experiencia son los años que luché contra la dictadura y fui detenido, juzgado y encarcelado durante cuatro años en las cárceles de Carabanchel, Jaén y Palencia. 

¿Por qué ha escrito  este libro?

Para nunca olvidar a quienes lucharon contra el régimen franquista.

¿Qué dificultades ha habido para escribirlo?

Sobre todo luchar contra el olvido de muchos y las pocas ganas de hacer de otros. Algunos presos y presas (afortunadamente pocos) no han querido aparecer; son los que han pasado página y no quieren recordar.

¿Cuál ha sido la colaboración de la Administración?

Ninguna. Las veces que he pedido información sobre algunos archivos me respondieron que “se habían quemado en un incendio y no existían”.

¿Puede darse por acabada la relación de presos y presas del libro?

En absoluto. Calculo que deben faltar unos 8.000 nombres.

¿Cuáles han sido sus objetivos?

Mostrar la represión de uno de los períodos más oscuros de la historia de España y recordar y homenajear a quienes lucharon y dieron su vida contra la dictadura.

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Museo de la Guerra Civil en Robres

En los últimos años se han multiplicado en España los museos pequeños dedicados a la Guerra Civil. Uno de los primeros se encuentra en el pueblo aragonés de Robres. Visité el museo junto con Nick Lloyd, que organiza visitas guiadas sobre la Guerra Civil con Spanish Civil War tours en Barcelona . He aquí algunas de sus impresiones:

A primera vista, Robres parece un lugar poco probable para encontrar el Centro de Interpretación y Estudios de la Guerra Civil en Aragón – las capitales de provincia de Zaragoza, Huesca o Teruel parecerían candidatas más probables. Aunque sin coche es más difícil llegar a Robres que a esas ciudades, el desvío merece la pena. Es pequeño, ofrece un relato exhaustivo de la guerra en Aragón, además de detallar los antecedentes inmediatos y las consecuencias de la misma.

La guerra en Aragón suele considerarse como un acontecimiento secundario de poca importancia durante el primer año del conflicto bélico. Sin embargo, por ejemplo, el éxito del golpe de julio de 1936 en Zaragoza y la represión que siguió en la ciudad tuvieron una gran importancia estratégica en las primeras semanas del conflicto, al impedir que las fuerzas leales de Cataluña pudieran apoyar a sus asediados aliados en las provincias vascas.

En el museo se exponen diversos objetos de la época, como periódicos, material militar y suministros médicos. Los paneles introductorios destacan algunas de las figuras que desempeñaron un papel destacado durante la guerra en la región, como el general Miguel Cabanellas, que dirigió el exitoso golpe de estado de Zaragoza, y el líder anarquista Buenaventura Durruti. El trasfondo de la guerra lo proporciona una sección sobre la Segunda República que se centra en los importantes cambios sociales que llevó a Aragón, especialmente en lo referente a la provisión de escuelas y el cambio de estatus de la mujer.

El golpe lo ilustran crónicas periodísticas de la época, y se trata con detalle la violencia que estalló en la región, tanto en la zona que quedó bajo el dominio de los militares sublevados como en la que permaneció republicana. La pieza central de esta parte del museo es sin duda el gran mural que integra los nombres de las personas asesinadas por las fuerzas sublevadas en la región durante la guerra y en los primeros años del franquismo. 

Mural con 8.913 nombres. Foto por Charlie Nurse.

Es obra de Víctor Pardo Lancina, historiador local, quien señala que, aunque el mural incluye 8.913 nombres, investigaciones recientes indican que, si se hiciera hoy, el número total de nombres superaría los 10.000. Pardo es también el diseñador de la Ruta George Orwell, que orienta sobre los lugares de la Guerra Civil en la región. 

En los primeros días tras el golpe de estado, la región estaba dividida entre el Aragón occidental, bajo las fuerzas rebeldes con base en Zaragoza, y el Aragón oriental, bajo las fuerzas milicianas republicanas que avanzaban desde Barcelona y Valencia. A pesar del intento de los ejércitos republicanos de capturar Zaragoza en el otoño de 1937, el frente cambió poco hasta el gran asalto republicano a Teruel en diciembre de 1937 y la gran ofensiva lanzada por las fuerzas de Franco y sus aliados italianos y alemanes en la primavera de 1938. Un excelente mapa ilustra con gran detalle la división de la región en 1936-37 y permite al visitante identificar los diferentes sectores del frente en manos de las distintas milicias republicanas.

Las otras secciones del museo incluyen material sobre la llegada de las milicias al Aragón rural oriental en 1936 y el extraordinario experimento que siguió, con la colectivización de la agricultura y el establecimiento del Consejo de Aragón dirigido por los anarquistas. Los marcados contrastes entre el Aragón oriental y el occidental son manifiestos en secciones que examinan aspectos de la vida cotidiana en las dos zonas, incluidas la escolarización y el papel desempeñado por las mujeres. Las últimas secciones se refieren a la posguerra: destaca la diferencia entre el material de propaganda franquista triunfalista que se expone y la imagen que se ofrece de la realidad de la represión y el exilio.

Abierto en 2006, al mismo tiempo en que se inauguró la Ruta George Orwell, el museo cuenta con el apoyo financiero de un consorcio del gobierno local. A pesar de su ubicación relativamente aislada, tanto el museo como la Ruta atraen cada vez más atención. En los seis primeros meses de 2023, el museo recibió más de 1.500 visitantes, cifra superior a la de todo 2022. Ha habido un notable crecimiento de visitantes procedentes de Francia y, sobre todo, de grupos de estudiantes. Nick Lloyd comenta:

Debe haber más de 50 pequeños museos, a menudo llamados Centros de Información, en toda España, dedicados a diferentes aspectos de la Guerra Civil. No he visitado ni la mitad de ellos, pero Robres, junto con el Museo del Exilio en La Jonquera, en la frontera catalano-francesa, son mis favoritos. Es un pequeño gran lugar.

El Centro de Interpretación y Estudios de la Guerra Civil en Aragón abre sólo los fines de semana: Sábados de 11.00 a 14.00 y de 16.30 a 18.30, domingos de 11.00 a 14.00 todo el año (el horario puede variar de julio a septiembre). Entrada: 2 euros, descuentos para personas desempleadas y grupos.  Más información: turismo@monegros.net o su web . Para visitas guiadas, teléfono 34-974-570-090. 

NOTA: Victor Pardo es también autor de Todos los nombres. Víctimas y victimarios (Huesca 1936-1945) , junto a Raúl Mateo Otal. Es un diccionario biográfico con todas las víctimas de la ciudad de Huesca como consecuencia de la represión tras el golpe de Estado del 18 de julio. Los datos están incluidos en nuestra base de datos. Lea la descripción aquí.

FOTO: Sala del Centro de Interpretación y Estudios de la Guerra Civil en Aragón. Cedida.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com y revisada por Concha Catalán.

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Trece cuentos, por Luisa Carnés

Luisa Carnés, (Madrid, 1905-México D.F., 1964) fue una novelista y periodista española, autora invisibilizada de la Generación del 27. Nació en el seno de una familia obrera. A los once años ya empezó a trabajar en un taller de sombrerería y en 1928 consiguió publicar una colección de relatos breves: Peregrinos de calvario. A partir de su experiencia como camarera en un salón de té escribió Tea Rooms. Mujeres obreras (1934), muy bien recibida por la crítica por su carácter innovador y su fuerza narrativa. Su carrera literaria se vio truncada por el golpe militar del 18 de julio de 1936.

Se exilió en México, llevándose como único equipaje una cartera de piel que contenía, entre otras cosas, sus relatos. Este año 2022 se cumplen 58 años de su trágica muerte en un accidente de tráfico, en el más completo de los olvidos para la historia de la literatura del país que la vio nacer.

Al igual que otras muchas escritoras españolas de su generación, Luisa Carnés se interesó por los temas sociales, que recreó en sus relatos: la defensa de la mujer, de la infancia, de los trabajadores y de la legalidad republicana. Es triste reconocer, que no ha sido hasta hace poco más de treinta años que se la ha tenido en cuenta como escritora de la Generación del 27. A diferencia de muchos de sus integrantes, universitarios la mayoría, Luisa Carnés fue una mujer obrera y autodidacta, la mayor de seis hermanos, abocada al trabajo temprano, que aprendió a escribir para aislarse de la realidad en la que vivía.

Trece cuentos (1931-1963) es una antología de relatos enmarcados en el realismo social, algunos autobiográficos, dividida en un preludio y cuatro periodos:

  • Preludio: En el tranvía.
  • República: Los mellizos, Una mujer fea, Olivos.
  • Guerra y posguerra: En casa, La chivata, Sin brújula.
  • México: El álbum familiar, La mulata, El ujier.
  • Internacional: Momento de la madre sembradora, AquelarreEl señor y la señora. Smith.

Son relatos, muchos de ellos, descarnados, fruto de observar a su alrededor: la paupérrima situación de la mujer española, la crueldad de la guerra y la represión, y los sufrimientos de la población durante la posguerra. En México, Carnés aborda la nostalgia de los exiliados y su nueva realidad. Siguen algunos fragmentos.

Los propios mellizos envejecían. Habían cumplido cuarenta y cinco años; su piel agrio limón se cuarteaba, sin apenas haber gustado el contacto de una mujer.

Los mellizos

Junto a ellas, otras, ante las cuales me habían enseñado desde niña a pasar de largo, sin mirar a las mujeres que se recostaban en los quicios de las puertas, siempre como en espera de alguien que no llegaba, aunque sin aparentar impaciencia, reflejando en sus figuras desvaídas un cansancio de siglos

En casa

¿Quién era? No podía ser la madre del niño recién nacido, de aquel niño de piel rosada, llena de arrugas, cuyos puñitos apretados eran los únicos puños que podían cerrarse ante las miradas agudas de las celadoras

La chivata

Las fugitivas habían sustituido los suspiros por lágrimas, habían fundido sus corazones a lo que tenían más cerca y se adormilaban, acunadas por el dolor

Sin brújula

No importa dónde fuera. El hecho ha quedado escrito en la historia. Porque la historia se hace así, con hechos no siempre grandes. (…) Y toca a las madres escribir la historia.

Momento de la madre sembradora

La editorial Hoja de lata publicó Trece cuentos (1931-1963) en 2017. Comprando el libro, apoyas a una editorial independiente que se arriesga y saca a la luz joyas literarias como esta.

Aquí os adjunto un enlace de eldiario.es donde podéis leer completo el relato La chivata.

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Imagen: Portada de Trece cuentos. Editorial Hoja de lata.

Ellas cuentan la guerra. Las poetas españolas y la guerra civil (II)

Ellas cuentan la guerra. Las poetas españolas y la guerra civil.(Antología 1936-2013). Edición de Reyes Vila-Belda. Ed. Renacimiento, 2021

(Segunda parte)

Tal como comentamos en la primera parte de esta reseña, Ellas cuentan la guerra es una antología, coordinada por Reyes Vila-Belda, de diversas escritoras españolas represaliadas y olvidadas del siglo XX, una selección de poemas que intenta ser un eslabón más en la recuperación de las escritoras olvidadas y sus obras. Mujeres poetas discriminadas por el hecho de ser mujeres libres que se oponían a la concepción paternalista que creía que escribir sobre la guerra era cosa de hombres. Sus vidas se vieron afectadas por la guerra civil y sufrieron muertes, penurias y, algunas de ellas, exilio. Algunas tuvieron que utilizar pseudónimo para poder publicar, e incluso durante la posguerra, sus poemas fueron censurados.

Tras haber analizado la primera sección, Las poetas del destierro, a continuación, vamos a comentar la segunda parte del libro, Las poetas que permanecieron en España. Es una selección de poemas que detallan escenas vividas que se repetían en la capital asediada, los horrores de la guerra y la nostalgia de la patria abandonada, así como la muerte de seres queridos. Se demuestra el reconocimiento progresivo de los derechos de las mujeres durante la Segunda República hasta el fin de la guerra civil, momento en el cual se implantaron los valores conservadores del Régimen confinando, nuevamente, a las mujeres al hogar. La mayoría de estas poetas escribieron desde el exilio o bajo el anonimato del espacio doméstico.

Las poetas que permanecieron en España

Pilar de Valderrama (1889-1979). Madrid. De familia conservadora de la alta burguesía. Guiomar, el amor secreto de Antonio Machado. Casada con el intelectual Rafael Martínez Romarate. La muerte de su hijo, que luchó en el bando nacional, por enfermedad, afectó a su poesía.

*Lucía Sánchez Saornil (1895-1970). Madrid. Telefonista, poeta en las filas del ultraísmo vanguardista y escritora autodidacta. Vivió en Valencia de incógnito. Pareja de América Barroso.

Ángela Figuera (1902-1984). Bilbao. La principal característica de la poesía de Ángela es su sinceridad durante los duros años del franquismo. Una mujer en un mundo de hombres, madre y abuela que reivindica un papel más activo para la mujeres, una vasca en Madrid. Casada con Julio Figuera.

Porque es lo cierto que me da vergüenza,
que se me pare el pulso y la sonrisa
cuando contemplo el rostro y el vestido
de tantos hombres con el miedo al hombro,
de tantos hombres con el hambre a cuestas,
de tantas frentes con la piel quemada
por la escondida rabia de la sangre.

Fragmento de Belleza cruel

+Concha Lagos (1907-2007). Córdoba. Editora, escritora y miembro de la Real Academia de Córdoba. Está considerada escritora total, por haber publicado tanto poesía como narrativa, teatro y ensayo. Casada con el arquitecto y fotógrafo Mariano Lagos.

Carmen Conde (1907-1996). Cartagena (Murcia). Poeta, prosista, dramaturga, ensayista y maestra española, una de las voces más significativas de la generación poética del 27. Primera mujer elegida como miembro de la Real Academia de la Lengua Española. Fundó, con su marido, el poeta Antonio Oliver, la primera Universidad Popular de Cartagena.

+Pino Ojeda (1916-2002). El Palmar de Teror (Gran Canaria). Escritora y artista plástica que abarcó el campo de la novela, la poesía y la pintura. Fue la primera mujer que fundó una galería de arte en Canarias. Se casó con Domingo Doreste. Su muerte le produjo una depresión y marcó su vida y su poesía.

Gloria Fuertes (1917-1998). Madrid. Escritora de narrativa, poesía, teatro y prolífica autora de literatura infantil y juvenil. Pertenece al movimiento poético denominado Postismo. El conjunto de su obra se caracteriza por la ironía con la que trata temas tan universales como el amor, la soledad, el dolor o la muerte.

María Beneyto (1925-2011). Valencia. Escribe en castellano y valenciano. Su carrera profesional tuvo dos etapas separadas por un silencio creativo de casi veinte años: desde  finales de los 70 hasta mediados de los 90 no escribió. Cultivó una sensibilidad muy especial hacia la cuestión de género.

Acacia Uceta (1925-2003). Madrid. Los bombardeos, el dolor, el hambre y el sufrimiento fueron tema recurrente de su poesía. Directora de la sección de literatura del Ateneo de Madrid; fundadora y vicepresidenta de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha y miembro numerario de la Real Academia Conquense de  Artes y Letras (RACAL). Se casó con el periodista Enrique Domínguez Millán.

Angelina Gatell (1926-2017). Barcelona. Poeta, traductora, actriz de doblaje y mujer comprometida y luchadora que trabajó activamente en la defensa de diversas causas tanto políticas como sociales y culturales. Se casó con el actor Eduardo Sánchez Lázaro.

Francisca Aguirre (1930-2019). Alicante. Hija Predilecta de Alicante en 2012 y Premio Nacional de las Letras Españolas en 2018. Su poesía se mueve como testigo del mundo en el que vive y tiene un marcado carácter existencial. Se casó con el poeta Félix Grande.

Mariluz Escribano (1935-2019). Granada. Profesora, poeta y narradora. La gran poeta del perdón y la memoria siguiendo la estela de Antonio Machado. Recibió el Premio Andalucía de la Crítica, el Premio de las Letras Andaluzas y la Bandera de Andalucía por su trayectoria y compromiso ético.

En la fosa donde pudren sus cadáveres
se habían puesto a fumar, se habían sentado...
Llegaron a creer que no hubo muertos,
llegaron a creer que todo es campo.
(...)
Vestidos de soldados, no de ideas,
vestidos de obediencia a otro mandato,
sonríen y se van... No van contentos,
tampoco se rebelan: son rebaño.

Carmen Conde. Fragmento de En un mundo de fugitivos

Para finalizar, tal como se indica en la introducción, «recuperar los nombres y la escritura de estas poetas supone reconocer su pasado y su puesto en la historia».

Recuerda comprar y leer esta antología. No te defraudará.

FOTO: Collage con imágenes de Concha Lagos, Lucía Sánchez Saornil y Pino Ojeda; todas ellas de wikipedia CC-BY-SA 4.0, CC0, CC-BY-SA 4.0 respectivamente.

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Ellas cuentan la guerra. Las poetas españolas y la guerra civil (I)

Ellas cuentan la guerra. Las poetas españolas y la Guerra Civil.(Antología 1936-2013) (Ed. Renacimiento, 2021), edición de Reyes Vila-Belda, es una antología de escritoras españolas del siglo XX represaliadas y olvidadas. Se trata de una selección de poemas que intenta ser un eslabón más en la recuperación de las escritoras olvidadas y sus obras. Eran mujeres poetas discriminadas por el hecho de ser mujeres libres, opuestas a la concepción paternalista según la que escribir sobre la guerra era cosa de hombres. Sus vidas se vieron afectadas por la guerra civil y sufrieron muertes, penurias y, algunas de ellas, exilio. Algunas tuvieron que utilizar pseudónimo para poder publicar e, incluso durante la posguerra, sus poemas fueron censurados.

Un ejemplo de esta invisibilización nos la cuenta Vila-Belda en el prólogo. Entre quienes acompañaban a Antonio Machado en su exilio estaba la poeta catalana Clementina Arderiu.

Ella y su familia integraban el grupo que cruzó a pie la frontera francesa con Machado la noche fría y lluviosa del 27 de enero de 1939. Arderiu ya había publicado tres colecciones de poesía. Viajaba con su marido, Carles Riba, también poeta y republicano comprometido (…) Pero mientras que los nombres de otros acompañantes de Machado, como Tomás Navarro Tomás o Corpus Barga, figuran en los relatos que narran el éxodo del poeta español, el de Arderiu apenas aparece en las listas de quienes integraban esta dolorosa marcha.

Prólogo. Ellas cuentan la guerra. Las poetas españolas y la guerra civil

Ellas cuentan la guerra es una recopilación dividida en dos grandes secciones: Las poetas del destierro y Las poetas que permanecieron en España con un preámbulo por una poeta desconocida, Isabel. Publicamos la reseña en dos partes, que coinciden con las secciones del libro. Presentaremos brevemente a cada poeta y os dejamos la libertad de elegir el poema o poemas que más os gusten, una vez hayáis leído la antología.

Mención especial hay que hacer a Reyes Vila-Belda, compiladora de esta antología y catedrática de Literatura Española Contemporánea en Indiana University (EEUU). Es autora de diversos libros, entre los que destacamos aquellos dedicados a las figuras de Antonio Machado y Gloria Fuertes.

El año 1936 marca el inicio de la guerra y también el de la publicación del poema ¡Alarma! de Rosa Chacel sobre los bombardeos, el primero que se conoce sobre el conflicto.

Sus alas, rojas o negras,
veloces el cielo surcan
con maléficos destellos,
son claras estelas puras.
Sus fragorosos alientos
con ira pasando zumban.
Lanzas de fuego se arrojan,
que encendidas se entrecruzan;
meteoros de la tierra
brotan, siguiendo su ruta.

 Fragmento de ¡Alarma! de Versos prohibidos

Las poetas del destierro

Clementina Arderiu (1889-1976). Barcelona. Cruzó la frontera con el grupo de Antonio Machado en 1939. Escribió siempre en catalán poemas que idealizan la vida cotidiana. Se casó con el poeta catalán Carles Riba.

Rosa Chacel (1898-1994). Valladolid. Más conocida como novelista. Ayudó como enfermera los primeros meses de la guerra. Su poesía se puede catalogar como intelectual, clásica y neoclásica. Se casó con Timoteo Pérez, responsable del traslado de los cuadros del Museo del Prado a Suiza.

Concha Méndez (1898-1986). Madrid. Mujer moderna, deportista, independiente y creadora de su identidad. Trabajó como maestra en Londres. Su poesía es directa, sincera, sensual, perdurable y romántica. Se casó con el poeta y editor Manuel Altolaguirre en 1932, quien la abandonó en 1944.

Ernestina de Champourcin (1905-1999). Vitoria-Gasteiz. Única mujer incluida en la antología de Poesía Española Contemporánea de Gerardo Diego, pero solo en su segunda edición, por lo que su nombre se ha ninguneado como parte de la Generación del 27. Trabajó como enfermera en la retaguardia. Se casó con el poeta Juan José Domenchina, secretario personal de Manuel Azaña.

Ana Mª Martínez Sagi (1907-2000). Barcelona. Deportista, independiente y feminista luchadora por el voto femenino. Primera mujer miembro de la junta directiva del FC Barcelona en 1934. Corresponsal en la columna Durruti. Poeta calificada como heredera de Rosalía de Castro. Mantuvo una relación con la escritora Elisabeth Mulder.

María Enciso (1908-1949). Almería. Maestra y delegada del gobierno republicano para recoger a niños españoles en los campos de concentración franceses. Poeta que reivindica la libertad e interés por mantener viva la memoria. Divorciada de Francisco del Olmo en 1937. Pareja de Ramón Costa, izquierdista catalán.

Concha Zardoya (1914-2004). Nacida en Chile de padres españoles. Hablaba en catalán con su madre, a pesar de no ser catalanas. Traductora del inglés, crítica literaria, y la poeta que más ha escrito sobre la guerra civil española. Poetiza las cosas sencillas, como forma de indagación en los problemas de la condición humana.

Es mi única patria la palabra.
Es el único pan que como a diario.
¡Corteza dura masco, miga blanda,
Dorado candeal que besa el labio!

Fragmento de Corral de vinos y muertos

Mada Carreño (1914-2000). Madrid. Escritora, periodista y ensayista. Su poesía muestra la voz inconfundible de una mujer libre. Se casó con el periodista y editor Eduardo de Ontañón.

Julia Uceda (1925). Sevilla. Se exilió en 1959 cuando, viajando a París, se dio cuenta del ambiente opresivo de la posguerra. Ganó el Premio Nacional de Poesía en 2003. Sus poemas nos conducen a la reflexión sobre el origen y a la búsqueda en el presente de la herencia del pasado remoto. En la actualidad reside en el valle ferrolano de Serantes.

Nuria Parés (1925-2010). Barcelona. Poeta, ensayista y traductora. Su poesía, de corte intimista, muestra los problemas de la cuestión identitaria y el reproche hacia sus adultos por no asumir un destierro definitivo, lo que dificultó la plena integración de los más jóvenes en el país de acogida. Se casó con el médico exiliado Carlos Parés.

Aurora de Albornoz (1926-1990). Luarca (Asturias). Poeta, crítica literaria, profesora y ensayista. Sus poemas insisten en referirse a un pasado infantil marcado por el conflicto civil y las penurias de la posguerra. Su tío abuelo, Álvaro de Albornoz, presidió el gobierno republicano en el exilio.

Algunas de estas poetas fueron conocidas como Las Sinsombrero, mujeres que, al quitarse el sombrero, símbolo de libertad y de rechazo al papel de esposa y madre que se esperaba de ellas, participaron de tú a tú en la vida intelectual española entre los años veinte y treinta del siglo XX.

De todas las poetas que se exiliaron se puede destacar un rasgo común, la dificultad de adaptación al volver a España por los cambios políticos y culturales sufridos a consecuencia de la dictadura.

Espérame en tu cruz, España mías.
Yo volveré cuando las hojas caigan.
Espérame en tu blanca luz de nardos,
y en tu viento amarillo de retamas.
Que si yo no volviera, como sueño,
El mar, te llevaría mi esperanza.

 María Enciso. Fragmento de  De mar a mar

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IMAGEN: Collage de fotografías de Clementina Arderiu, Aurora de Albornoz y Ana Maria Martínez Sagi (de izq. a dcha ). Todas ellas de Wikipedia.

Ochenta años de “El laberinto español” 

En 1943, cuatro años después de la victoria franquista en la Guerra Civil, se publicó en Inglaterra un libro sobre los orígenes del conflicto. El autor, Gerald Brenan (1894-1987), había vivido intermitentemente en España en los años veinte y treinta. El libro, The Spanish Labyrinth  pronto se convirtió en un clásico en el mundo anglosajón.  [El laberinto español, última edición en Planeta de libros, 2017.  Puede también leerse aquí ].  Con motivo del 80 aniversario desde su primera publicación, publicamos este relato sobre el libro y su influencia.

En España, la investigación histórica independiente estuvo severamente restringida hasta después de la muerte de Franco en 1975. El laberinto español circuló ilegalmente tras publicarlo la editorial Ruedo Ibérico desde el exilio en 1962. Lógicamente, el libro refleja los planteamientos del estudio de la historia en la época y las limitadas fuentes de que disponía el autor. No es de extrañar, por tanto, que muchos de los argumentos de Brenan hayan sido cuestionados en los últimos años, sobre todo por historiadores españoles que trabajan con nuevas fuentes y adoptan nuevos enfoques de investigación histórica. Sin embargo, El laberinto español desempeñó un papel importante en el desarrollo del estudio de los orígenes de la Guerra Civil e influyó e inspiró a generaciones posteriores de escritores.

En los últimos años de su vida, Gerald Brenan se hizo famoso en España. La publicación legal de ediciones españolas de El laberinto español en 1978 y de sus otros libros, en particular Al sur de Granada (1974) , le convirtieron en una celebridad, y la prensa española se hizo eco de su muerte en enero de 1987. Sin embargo, aunque Brenan vivía en Andalucía desde 1953, fue extraño que alcanzara tal reconocimiento: no tenía grandes amistades españolas y su círculo social se centraba en la comunidad de expatriados de habla inglesa de la zona de Málaga, así como en amigos visitantes, escritores y artistas. 

Las primeras reseñas de El laberinto español ofrecían una descripción engañosa del conocimiento que Brenan tenía de España, afirmando por lo general que había vivido en el país durante las décadas de 1920 y 1930 e incluso que había ido para ser granjero. La realidad era algo menos romántica. Llegó a España después de servir como oficial de observación en el ejército británico en Francia a lo largo de la Primera Guerra Mundial, por lo que fue condecorado por los gobiernos británico y francés. Se instaló en el pequeño pueblo de Yegen, en las Alpujarras, provincia de Granada, y se llevó consigo una biblioteca de unos dos mil libros con los que pensaba compensar la educación que, en su opinión, no había obtenido por no haber asistido a la universidad. Aunque alquiló la casa de Yegen hasta 1934, sólo vivió allí de forma continuada durante tres años (1920-24), viviendo después en Londres y regresando intermitentemente durante largas temporadas.

Tras casarse con la poeta y novelista estadounidense Gamel Woolsey en 1934, compraron una casa en Churriana, a las afueras de Málaga (donde ahora se encuentra el aeropuerto). Aunque el matrimonio no tuvo hijos, criaron a la hija de Brenan -fruto de una relación con una joven del pueblo de Yegen- y la rebautizaron con el nombre de Miranda. Tras el golpe militar de julio de 1936, que fracasó en Málaga, consiguieron que unos amigos se llevaran a Miranda a Inglaterra, mientras ellos se quedaban en Churriana. Woolsey escribió un relato de sus experiencias durante la guerra, Málaga en llamas, que merece una mayor difusión y puede leerse en archive.org . En inglés apareció bajo dos títulos diferentes: Death’s Other Kingdom y Málaga Burning. La pareja no volvió a España hasta su visita de dos meses en 1949, que Brenan utilizó como base para su libro La faz de España, [The Face of Spain (1950). En español, Plaza & Janés, 1985].

Antes de marcharse a Inglaterra en octubre de 1936, Brenan fue brevemente corresponsal del Manchester Guardian. Tras regresar, hizo campaña a favor del gobierno de la República, escribiendo cartas a The Times y otros periódicos, hablando en reuniones públicas y acogiendo a refugiados españoles. La duquesa de Atholl, diputada conservadora y destacada defensora de la causa republicana, lo invitó a pronunciar un discurso en una reunión de parlamentarios conservadores. En 1938 Brenan hizo campaña por la duquesa cuando concurrió en la elección parcial en su circunscripción -y perdió- tras renunciar a su escaño en el Parlamento en protesta por la política exterior británica. También empezó a trabajar en El laberinto español, que terminó en 1941.


Lee más sobre la duquesa de Atholl en La duquesa defensora de la República y Expedición a Inglaterra: Niños y niñas vascos en Gran Bretaña


En el momento de su publicación, El laberinto español recibió elogiosas críticas en los periódicos de Gran Bretaña y Estados Unidos, así como en algunos países latinoamericanos, especialmente en México.  Las críticas académicas también fueron positivas. Robert S. Smith, escribiendo en el Journal of Politics (de Estados Unidos), lo describió como «un estudio sobrio, objetivo y penetrante de la vida política y social española». (Volumen 6, 1944, página 114).  Aunque la Segunda Guerra Mundial se encontraba en un punto de inflexión importante, la Guerra Civil era historia reciente y atraía a lectores que habían hecho campaña -y en algunos casos luchado- por la causa republicana y que ahora querían explicaciones sobre la guerra y la derrota.

Una de las razones del éxito del libro fue la habilidad de Brenan como escritor, que hizo que el libro fuera en general más legible y ameno que muchas obras de historia escritas en la época.  Algunas de sus descripciones son especialmente memorables, como su perfil de Miguel Primo de Rivera:

Sus hábitos personales eran tan indisciplinados y bohemios como su mente. Aunque trabajaba muchas horas, eran muy irregulares. Se quedaba hablando todas las noches en clubes o cafés hasta las tres o las cuatro de la madrugada, dormía hasta las ocho o las nueve y se echaba la siesta después de comer. Se ponía un camisón de algodón y un gorro de dormir y se acostaba al viejo estilo español hasta las cinco. Su único ejercicio era montar a caballo, pero de vez en cuando se pegaba una buena juerga o borrachera. Él y algunos amigos (incluidas mujeres) se encerraban en una casa de campo, desconectaban el teléfono y se dejaban llevar durante un par de días. Luego volvía al trabajo con energías renovadas.

El laberinto español [traducción de la versión inglesa]

Una característica importante de El laberinto español son las notas a pie de página y las notas al final de los capítulos. Estas últimas son a veces breves ensayos, como el del capítulo 3, que trata del bajo nivel de la educación en España en el siglo XVIII, o la nota F del capítulo 6, en la que contrasta las diferentes formas de propiedad de la tierra en la España cristiana y musulmana del siglo XII. Como indican estas notas, el trabajo de Brenan se extendió mucho más allá de los orígenes inmediatos de la Guerra Civil y proporcionan una idea del alcance de su investigación. 

Es importante ver El laberinto español en relación con el contexto en el que fue escrito y las fuentes disponibles. Es evidente que en aquella época era imposible llevar a cabo cualquier tipo de investigación histórica dentro de España. La extensa bibliografía comentada que Brenan incluye en el libro es una buena indicación de sus fuentes. Gran parte de su investigación se llevó a cabo en la biblioteca del Museo Británico, donde conoció a Arthur Lehning, un anarquista holandés que era bibliotecario del Instituto Internacional de Historia Social de Amsterdam, con sede en Gran Bretaña tras la invasión nazi de los Países Bajos en 1940. Lehning pudo proporcionarle libros y documentos sobre el anarquismo y el problema agrario que eran desconocidos en Gran Bretaña. Brenan consultó también al sociólogo austriaco Franz Borkenau, a los periodistas socialistas españoles Luis Araquistáin y Arturo Barea, al historiador anarquista alemán Max Nettlau y al periodista británico John Langdon-Davies. [Más sobre Langdon-Davies en Recuerdos de la España de los años 30]

El apoyo que Franco recibió de la Alemania nazi y de la Italia fascista, que fueron esenciales para su victoria, y la dependencia de la República de la Unión Soviética hicieron que la guerra se considerara, con bastante justicia, como parte de la gran lucha de poder e ideología de los años treinta. Brenan, sin embargo, tenía claro que los orígenes de la guerra había que buscarlos en la historia socioeconómica y política española. Si esto nos parece obvio ahora, no lo era en aquel momento.

Para explicar la tragedia de la Guerra Civil, Brenan se centra en el periodo que se remonta a la restauración de la monarquía borbónica en 1874. Los cinco primeros capítulos son un repaso cronológico del periodo hasta 1931, y la última parte es un relato de la Segunda República y la Guerra Civil, pero entre ellos hay cinco capítulos (capítulos 6-10) que son, quizás, el núcleo esencial del libro. En estos cinco capítulos examina la cuestión agraria, el anarquismo, el anarcosindicalismo, el carlismo y el socialismo. 

El estudio que hace Brenan de la cuestión agraria es fundamental para muchos de sus argumentos y suscitó muchos elogios. Destaca la importancia de la diversidad geográfica española, el clima y la pluviosidad y su influencia en las condiciones sociales, económicas y políticas. Aunque se le ha criticado su aparentemente excesivo énfasis en Andalucía y Extremadura, donde coexisten grandes latifundios con un gran número de jornaleros temporeros sin tierra, esto puede justificarse por la necesidad de explicar el fracaso de la Ley de Reforma Agraria de 1932 y la importancia que desempeñaron las condiciones sociales y económicas de estas regiones en la política de la Segunda República. Brenan estuvo muy influido por la obra de Juan Díaz del Moral, cuya Historia de las agitaciones campesinas andaluzas (1929) es un relato detallado de las condiciones agrícolas en la provincia de Córdoba y de los principales conflictos laborales que estallaron allí en 1918-1920. 

Díaz del Moral fue también una importante influencia en su visión del anarquismo. Según Brenan, se trataba de un movimiento mesiánico específicamente español, basado en la necesidad que tenía el campesinado de un sustituto espiritual debido a la asociación de la Iglesia católica con los ricos y poderosos. Esta interpretación del anarquismo ha sido rechazada por generaciones posteriores de historiadores, que sostienen que Brenan no supo distinguir entre las ideas revolucionarias de los líderes anarquistas y las preocupaciones cotidianas de los trabajadores, cuyo apoyo era esporádico e instrumental. Resulta especialmente difícil aceptar la afirmación de Brenan de que el anarquismo sólo se encontraba entre los «jornaleros sin tierra y los pequeños campesinos de Andalucía y las secas regiones orientales» (página 185). Esto claramente no explica la fuerza del movimiento entre los trabajadores urbanos de Cataluña: aunque Brenan sostenía que el anarquismo catalán era el resultado de la emigración a Barcelona desde el sur, esto también se ha descartado. Su visión romántica del anarquismo puede verse en parte como un reflejo de sus propios gustos y opiniones: a lo largo de su vida, Brenan prefirió las condiciones de vida espartanas y, cuando viajaba, disfrutaba cogiendo los autobuses locales, alojándose en los lugares más baratos y comiendo en los restaurantes más sencillos. 

En su prefacio a la segunda edición, publicada en 1950, el propio Brenan reconocía que su actitud hacia la Iglesia católica había sido «demasiado exclusivamente moral y política», añadiendo que la «Iglesia española tiene una vitalidad que su conducta no sugiere». (página xiv). Es un punto importante: Brenan no comprende el apoyo que el golpe recibió de los pequeños propietarios campesinos de provincias como Navarra. Los lectores modernos encontrarán otros defectos en esta obra, entre ellos el uso habitual por parte de Brenan de supuestas -y cuestionables- generalizaciones sobre lo que él considera el carácter nacional español. Se nos dice, por ejemplo, que los españoles son «pacientes y fatalistas» (pág. 8), que «los españoles como raza no son justos ni equitativos, pero sí honrados» (pág. 15) y que «las capas más profundas del pensamiento y sentimiento político español son orientales» (pág. xxiv). Por otra parte, la pintoresca semblanza de Primo de Rivera antes citada oscurece la complejidad de la Dictadura y distrae la atención de los importantes cambios que se estaban produciendo en España en la década de 1920.  


Lee más sobre Primo de Rivera en La antesala del Golpe de septiembre de 1923: Barcelona y el conflicto laboral


Sin embargo, la importancia de El laberinto español hay que verla en relación con el desarrollo del estudio de la historia de España en una época en la que los archivos españoles estaban cerrados y en la que el régimen de Franco utilizaba la historia como arma propagandística para justificar y celebrar el golpe militar de 1936 y su represión durante la Guerra Civil y después. En el momento de su publicación, no existía el estudio académico de la historia contemporánea de España en Gran Bretaña. Parte del éxito del libro fue, sin duda, la falta de alternativas. Influyó e inspiró a historiadores posteriores en Gran Bretaña y Estados Unidos, y en España hasta después de la muerte de Franco.  Tanto Raymond Carr (Spain 1808-1939) como Hugh Thomas reconocieron su deuda con Brenan. En el prefacio a la primera edición de su monumental La guerra civil española (1961) Thomas describió El laberinto español como «un libro excelente que ilumina todo el siglo XX español» (página xix).

Aunque El laberinto español consagró a Brenan como historiador de España, nunca escribió otra obra de historia y rechazó varias ofertas de importantes editoriales para hacerlo, normalmente argumentando que estaba demasiado ocupado. Durante la Segunda Guerra Mundial escribió una serie de charlas para La Voz de Londres, programa de la BBC para España, aunque su acento andaluz se consideró demasiado fuerte y las leyó otra persona. Entre las obras posteriores de Brenan figuran La literatura del pueblo español (1951) y dos volúmenes de autobiografía, así como varias novelas, ninguna de las cuales tuvo éxito.  Tras la muerte de Woolsey en 1968, Brenan se trasladó a Alhaurín el Grande, 29 km hacia el interior de Málaga, en la Sierra de Mijas. Al final de su vida comenzó a recibir honores: en 1982 se bautizó una calle con su nombre en Alhaurín el Grande y en 1984 el gobierno socialista español le concedió el Premio Pablo Iglesias.  

Traducción del artículo realizada con la versión gratuita del traductor DeepL y revisión de Concha Catalan.

FOTO: Gerald Brenan (Sliema, Malta, 1894 – Alhaurín el Grande, 1987). Ver página para autor; dominio público, via Wikimedia Commons.

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El Tribunal de orden Público: 11.958 años de cárcel

Este diciembre no solo se cumple el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y el séptimo de la creación de nuestra asociación. Se cumple también una efeméride más siniestra: el 60 aniversario de la creación del Tribunal de Orden Público durante la dictadura franquista, como parte de su estrategia de pretender dotarse de un marco legal y legitimar así la represión que ejercía contra conductas que eran consideradas delitos políticos.

Hoy incorporamos a nuestra base de datos los nombres de las 9.746 personas procesadas por dicho tribunal, cedidos por el abogado laboralista, magistrado, Doctor en Derecho e investigador Juan José del Águila. [Aquí la descripción del conjunto de datos]

El Tribunal de Orden Público (TOP) existió en España durante el franquismo entre diciembre de 1963 y enero de 1977 para reprimir y juzgar los considerados delitos políticos, especialmente los clasificados “contra la seguridad interior”. Otros delitos continuaron bajo la jurisdicción militar (ver Sumarísimos). 

Lo primero que llama la atención es que de los 11.483 casos procesados por el TOP relacionados con delitos contra la seguridad interior, el 77 por ciento estaba relacionado con conductas que hoy en día constituyen derechos y libertades democráticas de los ciudadanos. Sin embargo, para el franquismo, estos comportamientos cívicos eran gravemente catalogados según la tipificación delictiva que juzgaba privativamente el TOP, esto es, asociación ilícita, propaganda ilegal, manifestaciones y reuniones, desórdenes públicos y sedición. 

Juan José del Águila; El TOP. La represión de la libertad (1963-1977) (pág. 237)
Palacio de las Salesas en Madrid, Sede del Tribunal de Orden Público (TOP) durante su existencia. Actual sede del Tribunal Supremo. FDV, CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons

Según cuenta Juan José del Águila en su blog Justicia y Dictadura

El TOP se creó junto al Juzgado de Orden Público (JOP) por Ley de 3 de diciembre de 1963, funcionó desde primeros del año 1964 hasta su extinción por decreto del 4 de enero de 1977. El JOP instruía los sumarios y el TOP celebraba los juicios y dictaba las sentencias, que mayoritariamente fueron condenatorias . Fue el último de los muchos tribunales especiales represivos. Sus condenas se basaban fundamentalmente en los atestados policiales de la brigada político social, con declaraciones obtenidas en la mayoría de las ocasiones con torturas y malos tratos.

Nadie sabe más sobre el TOP que Juan José del Águila. Después de estudiar Derecho y Sociología, en 1969 fue encausado y condenado por dicho Tribunal. Por ello, pasó un año en diversas cárceles. En 1997 leyó su tesis doctoral sobre el TOP (se puede leer íntegra en su blog). 

En 2021 se publicó la segunda edición revisada y ampliada del libro El TOP. La represión de la libertad (1963-1977). La primera edición vio la luz en el año 2000, aunque su presencia en el mercado fue breve. Esta segunda edición la promovieron la Fundación Abogados de Atocha y el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Suyo es el dato de que el TOP impuso un total de 11.958 años de cárcel a quienes condenó.

En aquellas fechas esta denominación, inédita hasta entonces hasta nuestro país, no sorprendió a nadie, dado que la simple conjunción de los vocablos «Tribunal» y «Orden Público» estaban en línea con las conocidas pretensiones políticas que perseguía el régimen: civilizar la represión política que, hasta esas fechas, estaba siendo aplicada fundamentalmente por los militares.

Juan José del Águila; El TOP. La represión de la libertad (1963-1977) (pág. 216)

En su momento, incluimos una reseña del libro por Enrique Lillo Pérez en un artículo respecto a la masacre de Atocha, en la que Juan José del Águila y Manuela Carmena pudieron haber perdido también la vida junto a sus compañeros, también abogados laboralistas.

La primera edición del libro iba acompañada de un CD con una base de datos, el TOPDAT, que permitía acceder a la totalidad del texto de las sentencias ubicadas hasta entonces, y hacer búsquedas por los nombres de los/as abogados/as y de los/as procesados/as, tal como explica Del Águila en su blog . Lamentablemente, veinte años después no parece ser posible editar algo semejante en formato digital, a pesar de que constituiría un estupendo recurso de investigación sobre dicho Tribunal. No en vano, desde nuestra asociación seguimos promoviendo la transparencia y el derecho de acceso a la información pública.

Respecto a la denominación del Tribunal:

El uso del concepto «Orden Público», una de las expresiones clave del franquismo, también resultaba idóneo para los objetivos pretendidos con la creación del TOP. Dicho concepto aparece estrechamente ligado a las intenciones de los militares golpistas, y así venía recogido en las instrucciones preparadas por el general Mola y que más tarde se reproducirían casi literalmente en todos los bandos de los sublevados contra la República. Franco, por ejemplo, declaró el estado de guerra en el archipiélago canario afirmando que su objetivo era el restablecimiento del orden público quebrantado en la República…

Juan José del Águila; El TOP. La represión de la libertad (1963-1977) (pág. 216)

En esta segunda edición, Del Águila explica que durante su investigación no solo ha podido incluir las 86 sentencias correspondientes al primer trimestre de 1972, que no estaban en el archivo con el resto de la documentación, sino que ha “aflorado” la existencia de dos tribunales de breve vida pero fundamentales por sus características como antecedentes para entender la creación del TOP. Se trata del Primer Juzgado Especial de Orden Público, en febrero de 1956; y el Juzgado Especial Nacional de Propaganda Ilegal, en mayo de 1957, ambos adscritos a los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Madrid nº 19 y 13 respectivamente. (pág. 35)  

Es de destacar que, si bien entre los años 1969 y 1971 el TOP procesó a más de 900 personas cada año, los años de mayor represión por lo que se refiere a número de procesados fueron los últimos de su existencia, entre 1973 y 1975. Según la investigación del autor, el 74% de las 3.884 sentencias del TOP fueron condenatorias, llegando este porcentaje hasta el 85% en 1976 (pág 232) y el 20% de los 9.746 procesados eran estudiantes universitarios, 2.002 en total (pág 226).  

En esta nueva edición, Del Águila dedica dos capítulos al “caso Grimau”: el irregular -incluso en el marco de la dictadura- proceso al dirigente político comunista Julián Grimau y su posterior fusilamiento el 20 de abril de 1963, calificándolo de “crimen de estado”. 

Respalda con amplia documentación la hipótesis de que, durante el mes de abril de 1963, el Consejo de Ministros decidió retrasar deliberadamente la aprobación del Decreto Ley de creación del TOP hasta la definitiva promulgación de la Ley de creación del Juzgado y Tribunal de Orden Público el 2 de diciembre, para poder ajusticiar a Julián Grimau mediante un consejo de guerra en un tribunal militar, como se había hecho hasta entonces (ver Sumarísimos).

El proceso a Julián Grimau, el hecho de que fuera objeto de torturas (que se intentaron ocultar alegando que Grimau se había lanzado voluntariamente por una ventana durante su interrogatorio) y su sentencia a la pena capital provocó protestas internacionales e incluso la intervención del Papa Juan XXIII para intentar evitar su muerte.

Protesta en parís en 1963, por los crímenes cometidos contra Julián Grimau, Manuel Moreno Barranco, Francisco Granados y Joaquin Delgado. Foto por Torre de viento, CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons

El autor llega a una dura conclusión:

Mientras la sociedad española no asuma en lo sustancial que el caso Grimau fue un “crimen de Estado”, no podrá decirse que el régimen democrático está definitivamente consolidado en este país.

Juan José del Águila; El TOP. La represión de la libertad (1963-1977) (pág. 403)

Juanjo del Águila ha explorado archivos durante décadas. Les invitamos a descubrir los resultados de su ardua investigación en este libro y en su blog justiciaydictadura.com, donde escribe principalmente sobre el TOP, la Brigada Político-Social y la Jurisdicción de Guerra.

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FOTO: Portada del libro El TOP. La represión de la libertad (1963-1977), de Juanjo del Águila. Editado por la Fundación Abogados de Atocha; Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Madrid, 2020.

Bienvenida, Academia

El martes 21 de noviembre intervine como ponente en el congreso Hacia una infraestructura digital de investigación de la Guerra Civil española y la represión franquista, organizado por el Centro de Estudios sobre Dictaduras y Democracias (CEDID), Centro de Estudio e Investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), formado por más de un centenar de investigadoras e investigadores de diferentes disciplinas. El congreso fue en la UAB, en Barcelona.

El CEDID organizó este congreso con la colaboración de la Facultad de Filosofía y Letras de la UAB, la University of California in Los Angeles (UCLA) y la Arkansas State University (ASU). Aquí podéis ver el programa. Los videos ya están disponibles y aquí nuestra presentación.

Un gran aspecto del congreso, aparte de la estupenda organización por parte de Ana M. Alarcón-Jiménez (UAB), Victor Aparicio Rodríguez (UAB), Andrea Davis (ASU) y Wendy Perla Kurtz (UCLA), fue que culminó con la presentación del European Holocaust Research Infrastructure (EHRI) por parte de Katharina Freise, y con la formación de un grupo de trabajo con el objetivo a medio-largo plazo de promover una infraestructura similar a la del EHRI, es decir un marco global que permita acceder y mapee archivos, universidades e iniciativas de la sociedad civil para facilitar la investigación de la Guerra Civil y la dictadura franquista.

A lo largo de estos años diversos miembros de ihr.world hemos participado en congresos, a menudo para presentar los proyectos de la asociación y defender el acceso a la información y documentación. Sigue una selección. Podéis ver otras actividades aquí.

En 2023 Jesús Montilla participa en el congreso internacional Refugio y Exilio en Atenas, organizado por la Helenic Open University y por la Universitat Autònoma de Barcelona (24 al 26 de abril)

En 2022, participé en el VII Congreso Internacional de Transparencia y Gobierno Abierto en Cartagena [min 1:15:00] ( 28 septiembre) y, junto con Carlos Terraga en el IV Coloquio Internacional sobre Violencia Política en el siglo XX. [minuto 1:14:04] (17 junio)

En 2021, presenté una comunicación en el Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea, Taller 28: Archivos, documentos y fuentes digitales de la Historia: Herramientas, métodos y técnicas de investigación. Se celebró en Córdoba y recientemente, se han publicado las actas, que podéis ver al completo aquí, y mi ponencia a continuación:

En 2020 Martin Virtel participó en el Laboratori d’Arxius Municipals de Barcelona (LAM2020) con la ponencia Más allá de la digitalización: visualización de datos. (20 Noviembre)

En 2019 participamos en la mesa redonda del eje reparación jurídica y social en el XVIIè Congrés d’Arxivística i Gestió de Documents de Catalunya. L’arxiu social: de servei a comunitat. Sant Feliu de Guíxols [Video -minutos 0:38 a 1:01] (9 mayo), y en 2018, en la mesa redonda Los agentes sociales: la aportación de las instituciones públicas y fundaciones a la sociedad digital, en el Coloquio Internacional Pasados traumáticos. Historia y Memoria colectiva en la Sociedad Digital. (26 octubre). Allí coincidimos con Matilde Eiroa, Investigadora Principal del proyecto HISMEDI de Humanidades Digitales, que ha sido también ponente en este último congreso.

Además, desde la existencia de la asociación Innovación y Derechos Humanos, hemos abogado por la interdisciplinariedad y el contacto con organizaciones civiles, especialmente las relacionadas con la promoción del acceso a la información. Por ello, pertenecemos a la Coalición ProAcceso y creamos una página sobre el derecho de acceso a la información.

Además, consideramos importante buscar puntos en común con profesionales que desarrollan un gran trabajo para promover el acceso a la documentación. Tenemos un convenio con la muy activa Associació de Professionals de l’Arxivística i la Gestió de Documents de Catalunya, y contacto con otras, especialmente, la Asociación Archiveros Castilla y León, (ACAL) y Asociación de Archiveros del Principado de Asturias (AAPA), así como Archiveros sin Fronteras (ASF).

Ha sido un gran evento haber estado en el congreso Hacia una infraestructura digital de investigación de la Guerra Civil española y la represión franquista rodeada de tantas personas con proyectos y capacidades estupendas. Tenemos esperanza de tener un papel activo en el grupo de trabajo que se ha formado para promover un marco global de acceso y mapeo de archivos, universidades e iniciativas de la sociedad civil para facilitar la investigación de la Guerra Civil y la dictadura franquista, y esperamos que muchos otros actores se unan a este barco que acaba de empezar a navegar.

FOTO: Captura de pantalla del congreso.

NOTA: Actualizado en diciembre de 2024 para incluir el enlace al video de la presentación.

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El Winnipeg: exilio de Francia a Chile

Continuamos incorporando datos relativos a las personas exiliadas a consecuencia de la Guerra Civil y la represión que la siguió a nuestra base de datos. Esta es la historia del SS Winnipeg. Jaime Ferrer Mir, hijo de uno de los pasajeros, elaboró un listado y lo publicó en el libro Los españoles del Winnipeg: El viaje de la esperanza [Ed. Cal Sogas, Santiago de Chile, 1989]. Gracias a un convenio con la Fundación Pablo Iglesias, hemos integrado esos nombres, que ahora son buscables entre los 1.425.283 registros referenciados a archivos de que disponemos hasta el momento. Aquí está la descripción del conjunto de datos.

El SS Winnipeg fue un paquebote mixto mixto francés, preparado para pasaje y carga, construido en 1918 y botado con el nombre de Jacques Cartier en los astilleros de Dunkerque en 1919. Originalmente podía transportar hasta 97 personas, con una tripulación de 114. 

Se conoce al Winnipeg por su viaje transportando 2200 españoles tras la Guerra Civil. El barco salió de Pauillac (Francia) el 4 de agosto de 1939

Tras terminar la Guerra Civil en febrero de 1939, el ex embajador republicano español en Chile, Rodrigo Soriano, había mandado una carta al Gobierno chileno preguntando si su país estaba dispuesto a conceder asilo a refugiados españoles que se encontraban hacinados en campos de concentración en Francia. 

Gracias a la solidaridad del gobierno chileno, el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE) [Lee más sobre el SERE en El exilio republicano: Introducción] adaptó el barco para acomodar a los refugiados españoles entre los meses de junio y julio de 1939 en los astilleros de El Havre. 

El Winnipeg. Agrupación Winnipeg. Este archivo ha sido publicado en Wikimedia Commons gracias a una colaboración entre el Centro Cultural de España en Santiago y Wikimedia Chile., CC BY-SA 4.0.

La expedición fue promovida por el poeta chileno Pablo Neruda, quien viajó a Francia como cónsul especial para la emigración española en París y que, en coordinación con el SERE, organizó la expedición marítima. El propio presidente Pedro Aguirre Cerda-líder del Frente Popular- comprometió los esfuerzos del Estado para apoyar y financiar el traslado a Chile de los refugiados españoles. Antes de llegar a Francia, Neruda pasó por Buenos Aires, Rosario y Montevideo, donde obtuvo la colaboración de organismos solidarios argentinos y uruguayos que participaron en la financiación del exilio de los refugiados. Neruda se había desempeñado antes como cónsul de Chile en Barcelona en 1934 y en Madrid en 1935.

El viaje a Chile duró 30 días, y los últimos días de navegación los hizo cerca de la costa y a oscuras, por temor a sufrir atentados de submarinos alemanes. El día 26 de agosto de 1939 el barco atracó en Arica, en donde descendieron un grupo de pasajeros que se instalaron en dicha ciudad del norte de Chile.

La tarde-noche del 2 de septiembre, el Winnipeg atracó en el puerto de Valparaíso. Al día siguiente, a las 9 de la mañana, comenzó el descenso de los pasajeros. Los refugiados recuerdan con emoción el recibimiento a su llegada a Valparaíso. Los esperaban autoridades civiles y militares, dirigentes políticos, de sindicatos, estudiantiles, y numeroso público, que entonaban canciones republicanas para recibirlos.

De este contingente, un grupo de ellos se quedó en Valparaíso, otro grupo abordó un tren directamente a la Argentina, y el grupo mayoritario viajó en tren a Santiago, donde también se les tributó un cariñoso recibimiento

Tras la ocupación de Francia en la Segunda Guerra Mundial, el Winnipeg permaneció bajo bandera francesa, navegando para la Francia colaboracionista de Vichy. Fue capturado en 1941 en el mar Caribe, y confiscado por el gobierno británico posteriormente. En 1942 fue renombrado Winnipeg II y torpedeado por un submarino alemán.

Gran parte de los pasajeros del Winnipeg eran obreros especializados, técnicos y profesionales, y contribuyeron al desarrollo del mundo editorial, la ciencia, la industria y el comercio chileno. 

Algunos destacados intelectuales y artistas que llegaron a Chile como refugiados en el Winnipeg fueron José Balmes, Roser Bru, José Ricardo Morales, Leopoldo Castedo, Antonio Romera y   Mauricio Amster, entre otros, según memoriachilena.

El Winnipeg representa una doble tragedia de perder una guerra y salir de la patria. Su travesía pertenece a la gran historia de la diáspora del exilio español, y es el hito fundamental de este exilio en Chile, el que ha tenido un papel altamente relevante en América. 

José A. Martínez de Villarreal, ministro consejero de la Embajada de España en ocasión del 50 aniversario de la llegada a Chile del Winnipeg. [Fuente]
Conmemoración de 80 años de la llegada a Valparaíso del Winnipeg con exiliados republicanos españoles, muchos refugiados hasta entonces en campos de concentración en Francia, tras huir de la Guerra Civil para obtener una nueva oportunidad en Chile.

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FOTO: Un grupo de niños embarcados en el Winnipeg (1939). Agrupación Winnipeg. Este archivo ha sido publicado en Wikimedia Commons gracias a una colaboración entre el Centro Cultural de España en Santiago y Wikimedia Chile., CC BY-SA 4.0.

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