Luisa Carnés, (Madrid, 1905-México D.F., 1964) fue una novelista y periodista española, autora invisibilizada de la Generación del 27. Nació en el seno de una familia obrera. A los once años ya empezó a trabajar en un taller de sombrerería y en 1928 consiguió publicar una colección de relatos breves: Peregrinos de calvario. A partir de su experiencia como camarera en un salón de té escribió Tea Rooms. Mujeres obreras (1934), muy bien recibida por la crítica por su carácter innovador y su fuerza narrativa. Su carrera literaria se vio truncada por el golpe militar del 18 de julio de 1936.
Se exilió en México, llevándose como único equipaje una cartera de piel que contenía, entre otras cosas, sus relatos. Este año 2022 se cumplen 58 años de su trágica muerte en un accidente de tráfico, en el más completo de los olvidos para la historia de la literatura del país que la vio nacer.
Al igual que otras muchas escritoras españolas de su generación, Luisa Carnés se interesó por los temas sociales, que recreó en sus relatos: la defensa de la mujer, de la infancia, de los trabajadores y de la legalidad republicana. Es triste reconocer, que no ha sido hasta hace poco más de treinta años que se la ha tenido en cuenta como escritora de la Generación del 27. A diferencia de muchos de sus integrantes, universitarios la mayoría, Luisa Carnés fue una mujer obrera y autodidacta, la mayor de seis hermanos, abocada al trabajo temprano, que aprendió a escribir para aislarse de la realidad en la que vivía.
Trece cuentos (1931-1963) es una antología de relatos enmarcados en el realismo social, algunos autobiográficos, dividida en un preludio y cuatro periodos:
Preludio: En el tranvía.
República: Los mellizos, Una mujer fea, Olivos.
Guerra y posguerra: En casa, La chivata, Sin brújula.
México: El álbum familiar, La mulata, El ujier.
Internacional: Momento de la madre sembradora, Aquelarre, El señor y la señora. Smith.
Son relatos, muchos de ellos, descarnados, fruto de observar a su alrededor: la paupérrima situación de la mujer española, la crueldad de la guerra y la represión, y los sufrimientos de la población durante la posguerra. En México, Carnés aborda la nostalgia de los exiliados y su nueva realidad. Siguen algunos fragmentos.
Los propios mellizos envejecían. Habían cumplido cuarenta y cinco años; su piel agrio limón se cuarteaba, sin apenas haber gustado el contacto de una mujer.
Los mellizos
Junto a ellas, otras, ante las cuales me habían enseñado desde niña a pasar de largo, sin mirar a las mujeres que se recostaban en los quicios de las puertas, siempre como en espera de alguien que no llegaba, aunque sin aparentar impaciencia, reflejando en sus figuras desvaídas un cansancio de siglos
En casa
¿Quién era? No podía ser la madre del niño recién nacido, de aquel niño de piel rosada, llena de arrugas, cuyos puñitos apretados eran los únicos puños que podían cerrarse ante las miradas agudas de las celadoras
La chivata
Las fugitivas habían sustituido los suspiros por lágrimas, habían fundido sus corazones a lo que tenían más cerca y se adormilaban, acunadas por el dolor
Sin brújula
No importa dónde fuera. El hecho ha quedado escrito en la historia. Porque la historia se hace así, con hechos no siempre grandes. (…) Y toca a las madres escribir la historia.
Momento de la madre sembradora
La editorial Hoja de lata publicóTrece cuentos (1931-1963)en 2017. Comprando el libro, apoyas a una editorial independiente que se arriesga y saca a la luz joyas literarias como esta.
Aquí os adjunto un enlace de eldiario.es donde podéis leer completo el relato La chivata.
Ellas cuentan la guerra. Las poetas españolas y la guerra civil.(Antología 1936-2013). Edición de Reyes Vila-Belda. Ed. Renacimiento, 2021
(Segunda parte)
Tal como comentamos en la primera parte de esta reseña, Ellas cuentan la guerra es una antología, coordinada por Reyes Vila-Belda, de diversas escritoras españolas represaliadas y olvidadas del siglo XX, una selección de poemas que intenta ser un eslabón más en la recuperación de las escritoras olvidadas y sus obras. Mujeres poetas discriminadas por el hecho de ser mujeres libres que se oponían a la concepción paternalista que creía que escribir sobre la guerra era cosa de hombres. Sus vidas se vieron afectadas por la guerra civil y sufrieron muertes, penurias y, algunas de ellas, exilio. Algunas tuvieron que utilizar pseudónimo para poder publicar, e incluso durante la posguerra, sus poemas fueron censurados.
Tras haber analizado la primera sección, Las poetas del destierro, a continuación, vamos a comentar la segunda parte del libro, Las poetas que permanecieron en España. Es una selección de poemas que detallan escenas vividas que se repetían en la capital asediada, los horrores de la guerra y la nostalgia de la patria abandonada, así como la muerte de seres queridos. Se demuestra el reconocimiento progresivo de los derechos de las mujeres durante la Segunda República hasta el fin de la guerra civil, momento en el cual se implantaron los valores conservadores del Régimen confinando, nuevamente, a las mujeres al hogar. La mayoría de estas poetas escribieron desde el exilio o bajo el anonimato del espacio doméstico.
Las poetas que permanecieron en España
Pilar de Valderrama (1889-1979). Madrid. De familia conservadora de la alta burguesía. Guiomar, el amor secreto de Antonio Machado. Casada con el intelectual Rafael Martínez Romarate. La muerte de su hijo, que luchó en el bando nacional, por enfermedad, afectó a su poesía.
*Lucía Sánchez Saornil (1895-1970). Madrid. Telefonista, poeta en las filas del ultraísmo vanguardista y escritora autodidacta. Vivió en Valencia de incógnito. Pareja de América Barroso.
Ángela Figuera (1902-1984). Bilbao. La principal característica de la poesía de Ángela es su sinceridad durante los duros años del franquismo. Una mujer en un mundo de hombres, madre y abuela que reivindica un papel más activo para la mujeres, una vasca en Madrid. Casada con Julio Figuera.
Porque es lo cierto que me da vergüenza,
que se me pare el pulso y la sonrisa
cuando contemplo el rostro y el vestido
de tantos hombres con el miedo al hombro,
de tantos hombres con el hambre a cuestas,
de tantas frentes con la piel quemada
por la escondida rabia de la sangre.
Fragmento deBelleza cruel
+Concha Lagos (1907-2007). Córdoba. Editora, escritora y miembro de la Real Academia de Córdoba. Está considerada escritora total, por haber publicado tanto poesía como narrativa, teatro y ensayo. Casada con el arquitecto y fotógrafo Mariano Lagos.
Carmen Conde (1907-1996). Cartagena (Murcia). Poeta, prosista, dramaturga, ensayista y maestra española, una de las voces más significativas de la generación poética del 27. Primera mujer elegida como miembro de la Real Academia de la Lengua Española. Fundó, con su marido, el poeta Antonio Oliver, la primera Universidad Popular de Cartagena.
+Pino Ojeda (1916-2002). El Palmar de Teror (Gran Canaria). Escritora y artista plástica que abarcó el campo de la novela, la poesía y la pintura. Fue la primera mujer que fundó una galería de arte en Canarias. Se casó con Domingo Doreste. Su muerte le produjo una depresión y marcó su vida y su poesía.
Gloria Fuertes (1917-1998). Madrid. Escritora de narrativa, poesía, teatro y prolífica autora de literatura infantil y juvenil. Pertenece al movimiento poético denominado Postismo. El conjunto de su obra se caracteriza por la ironía con la que trata temas tan universales como el amor, la soledad, el dolor o la muerte.
María Beneyto (1925-2011). Valencia. Escribe en castellano y valenciano. Su carrera profesional tuvo dos etapas separadas por un silencio creativo de casi veinte años: desde finales de los 70 hasta mediados de los 90 no escribió. Cultivó una sensibilidad muy especial hacia la cuestión de género.
Acacia Uceta (1925-2003). Madrid. Los bombardeos, el dolor, el hambre y el sufrimiento fueron tema recurrente de su poesía. Directora de la sección de literatura del Ateneo de Madrid; fundadora y vicepresidenta de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha y miembro numerario de la Real Academia Conquense de Artes y Letras (RACAL). Se casó con el periodista Enrique Domínguez Millán.
Angelina Gatell (1926-2017). Barcelona. Poeta, traductora, actriz de doblaje y mujer comprometida y luchadora que trabajó activamente en la defensa de diversas causas tanto políticas como sociales y culturales. Se casó con el actor Eduardo Sánchez Lázaro.
Francisca Aguirre (1930-2019). Alicante. Hija Predilecta de Alicante en 2012 y Premio Nacional de las Letras Españolas en 2018. Su poesía se mueve como testigo del mundo en el que vive y tiene un marcado carácter existencial. Se casó con el poeta Félix Grande.
Mariluz Escribano (1935-2019). Granada. Profesora, poeta y narradora. La gran poeta del perdón y la memoria siguiendo la estela de Antonio Machado. Recibió el Premio Andalucía de la Crítica, el Premio de las Letras Andaluzas y la Bandera de Andalucía por su trayectoria y compromiso ético.
En la fosa donde pudren sus cadáveres
se habían puesto a fumar, se habían sentado...
Llegaron a creer que no hubo muertos,
llegaron a creer que todo es campo.
(...)
Vestidos de soldados, no de ideas,
vestidos de obediencia a otro mandato,
sonríen y se van... No van contentos,
tampoco se rebelan: son rebaño.
Carmen Conde.Fragmento de En un mundo de fugitivos
Para finalizar, tal como se indica en la introducción, «recuperar los nombres y la escritura de estas poetas supone reconocer su pasado y su puesto en la historia».
FOTO: Collage con imágenes de Concha Lagos, Lucía Sánchez Saornil y Pino Ojeda; todas ellas de wikipedia CC-BY-SA 4.0, CC0, CC-BY-SA 4.0 respectivamente.
Ellas cuentan la guerra. Las poetas españolas y la Guerra Civil.(Antología 1936-2013) (Ed. Renacimiento, 2021), edición de Reyes Vila-Belda, es una antología de escritoras españolas del siglo XX represaliadas y olvidadas. Se trata de una selección de poemas que intenta ser un eslabón más en la recuperación de las escritoras olvidadas y sus obras. Eran mujeres poetas discriminadas por el hecho de ser mujeres libres, opuestas a la concepción paternalista según la que escribir sobre la guerra era cosa de hombres. Sus vidas se vieron afectadas por la guerra civil y sufrieron muertes, penurias y, algunas de ellas, exilio. Algunas tuvieron que utilizar pseudónimo para poder publicar e, incluso durante la posguerra, sus poemas fueron censurados.
Un ejemplo de esta invisibilización nos la cuenta Vila-Belda en el prólogo. Entre quienes acompañaban a Antonio Machado en su exilio estaba la poeta catalana Clementina Arderiu.
Ella y su familia integraban el grupo que cruzó a pie la frontera francesa con Machado la noche fría y lluviosa del 27 de enero de 1939. Arderiu ya había publicado tres colecciones de poesía. Viajaba con su marido, Carles Riba, también poeta y republicano comprometido (…) Pero mientras que los nombres de otros acompañantes de Machado, como Tomás Navarro Tomás o Corpus Barga, figuran en los relatos que narran el éxodo del poeta español, el de Arderiu apenas aparece en las listas de quienes integraban esta dolorosa marcha.
Prólogo. Ellas cuentan la guerra. Las poetas españolas y la guerra civil
Ellas cuentan la guerra es una recopilación dividida en dos grandes secciones: Las poetas del destierroy Las poetas que permanecieron en España con un preámbulo por una poeta desconocida, Isabel. Publicamos la reseña en dos partes, que coinciden con las secciones del libro. Presentaremos brevemente a cada poeta y os dejamos la libertad de elegir el poema o poemas que más os gusten, una vez hayáis leído la antología.
Mención especial hay que hacer a Reyes Vila-Belda, compiladora de esta antología y catedrática de Literatura Española Contemporánea en Indiana University (EEUU). Es autora de diversos libros, entre los que destacamos aquellos dedicados a las figuras de Antonio Machado y Gloria Fuertes.
El año 1936 marca el inicio de la guerra y también el de la publicación del poema ¡Alarma! de Rosa Chacel sobre los bombardeos, el primero que se conoce sobre el conflicto.
Sus alas, rojas o negras,
veloces el cielo surcan
con maléficos destellos,
son claras estelas puras.
Sus fragorosos alientos
con ira pasando zumban.
Lanzas de fuego se arrojan,
que encendidas se entrecruzan;
meteoros de la tierra
brotan, siguiendo su ruta.
Fragmento de ¡Alarma! de Versos prohibidos
Las poetas del destierro
Clementina Arderiu (1889-1976). Barcelona. Cruzó la frontera con el grupo de Antonio Machado en 1939. Escribió siempre en catalán poemas que idealizan la vida cotidiana. Se casó con el poeta catalán Carles Riba.
Rosa Chacel (1898-1994). Valladolid. Más conocida como novelista. Ayudó como enfermera los primeros meses de la guerra. Su poesía se puede catalogar como intelectual, clásica y neoclásica. Se casó con Timoteo Pérez, responsable del traslado de los cuadros del Museo del Prado a Suiza.
Concha Méndez (1898-1986). Madrid. Mujer moderna, deportista, independiente y creadora de su identidad. Trabajó como maestra en Londres. Su poesía es directa, sincera, sensual, perdurable y romántica. Se casó con el poeta y editor Manuel Altolaguirre en 1932, quien la abandonó en 1944.
Ernestina de Champourcin (1905-1999). Vitoria-Gasteiz. Única mujer incluida en la antología de Poesía Española Contemporánea de Gerardo Diego, pero solo en su segunda edición, por lo que su nombre se ha ninguneado como parte de la Generación del 27. Trabajó como enfermera en la retaguardia. Se casó con el poeta Juan José Domenchina, secretario personal de Manuel Azaña.
Ana Mª Martínez Sagi (1907-2000). Barcelona. Deportista, independiente y feminista luchadora por el voto femenino. Primera mujer miembro de la junta directiva del FC Barcelona en 1934. Corresponsal en la columna Durruti. Poeta calificada como heredera de Rosalía de Castro. Mantuvo una relación con la escritora Elisabeth Mulder.
María Enciso (1908-1949). Almería. Maestra y delegada del gobierno republicano para recoger a niños españoles en los campos de concentración franceses. Poeta que reivindica la libertad e interés por mantener viva la memoria. Divorciada de Francisco del Olmo en 1937. Pareja de Ramón Costa, izquierdista catalán.
Concha Zardoya (1914-2004). Nacida en Chile de padres españoles. Hablaba en catalán con su madre, a pesar de no ser catalanas. Traductora del inglés, crítica literaria, y la poeta que más ha escrito sobre la guerra civil española. Poetiza las cosas sencillas, como forma de indagación en los problemas de la condición humana.
Es mi única patria la palabra.
Es el único pan que como a diario.
¡Corteza dura masco, miga blanda,
Dorado candeal que besa el labio!
Fragmento de Corral de vinos y muertos
Mada Carreño (1914-2000). Madrid. Escritora, periodista y ensayista. Su poesía muestra la voz inconfundible de una mujer libre. Se casó con el periodista y editor Eduardo de Ontañón.
Julia Uceda (1925). Sevilla. Se exilió en 1959 cuando, viajando a París, se dio cuenta del ambiente opresivo de la posguerra. Ganó el Premio Nacional de Poesía en 2003. Sus poemas nos conducen a la reflexión sobre el origen y a la búsqueda en el presente de la herencia del pasado remoto. En la actualidad reside en el valle ferrolano de Serantes.
Nuria Parés (1925-2010). Barcelona. Poeta, ensayista y traductora. Su poesía, de corte intimista, muestra los problemas de la cuestión identitaria y el reproche hacia sus adultos por no asumir un destierro definitivo, lo que dificultó la plena integración de los más jóvenes en el país de acogida. Se casó con el médico exiliado Carlos Parés.
Aurora de Albornoz (1926-1990). Luarca (Asturias). Poeta, crítica literaria, profesora y ensayista. Sus poemas insisten en referirse a un pasado infantil marcado por el conflicto civil y las penurias de la posguerra. Su tío abuelo, Álvaro de Albornoz, presidió el gobierno republicano en el exilio.
Algunas de estas poetas fueron conocidas como Las Sinsombrero, mujeres que, al quitarse el sombrero, símbolo de libertad y de rechazo al papel de esposa y madre que se esperaba de ellas, participaron de tú a tú en la vida intelectual española entre los años veinte y treinta del siglo XX.
De todas las poetas que se exiliaron se puede destacar un rasgo común, la dificultad de adaptación al volver a España por los cambios políticos y culturales sufridos a consecuencia de la dictadura.
Espérame en tu cruz, España mías.
Yo volveré cuando las hojas caigan.
Espérame en tu blanca luz de nardos,
y en tu viento amarillo de retamas.
Que si yo no volviera, como sueño,
El mar, te llevaría mi esperanza.
María Enciso. Fragmento de De mar a mar
Foto: Frente de Madrid. Servicio sanitario en la capital y en el Frente. El General Miaja con los jefes de Sanidad Militar visitando el importante donativo sanitario al ejército republicano por Central Sanitaria Internacional. Reportajes Gráficos Luis Vidal. Valencia. Biblioteca Nacional de España. Licencia CC-BY-NC-SA
Foto: Rendición de milicianos republicanos en Somosierra, Madrid. Suceso tras la Batalla de Guadarrama en 1936. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía [Google Arts & Culture].
Joaquim Amat-Piniella (Manresa, 22 de noviembre de 1913 – l’Hospitalet de Llobregat, 3 de agosto de 1974) fue un escritor y político catalán que sobrevivió al campo de concentración de Mauthausen. Sus padres, Joaquim Amat i Palà y Concepció Piniella i Blanqué, decidieron no escolarizarlo y se encargaron ellos mismos de su educación primaria. La secundaria la cursó en el Instituto Lluís de Peguera de Manresa. Joaquim Amat-Piniella escribió principalmente en el diario manresano El Día y fue uno de los responsables de la revista manresana Ara, donde publicó varios poemas.
Militante de Esquerra Republicana de Catalunya. El mes de diciembre de 1932, Francesc Marcet es elegido alcalde de Manresa y le escoge como secretario personal. El año 1934 participa en los hechos del 6 de octubre (movimiento del gobierno autónomo de Cataluña contra la involución conservadora del régimen republicano, cuando el presidente Lluís Companys proclamó el Estado Catalán de la República Federal Española) y fue encarcelado en la Modelo. Durante el estallido de la Guerra Civil se vio obligado a interrumpir sus estudios de derecho y se hizo voluntario del ejército de la República. Ingresó en la Escuela Popular de Guerra de la Generalitat y logró el grado de teniente de artillería.
Se casó con Maria Llaveries i Viladomiu el 28 de junio de 1939 y tras el verano emprendió el exilio hacia Francia donde fue internado en los campos de Barcarès, Argeles y Sant Cebrià de Rosselló. Tal y como indica David Serrano i Blanquer en la biografía que prologa Les llunyanies:
vendimió como refugiado libre en Santa Maria y, de camino hacia Perpiñán, en Cucunham (en el Departamento de Aude). Una vez en la capital del Rosselló, se presenta ante la JARE (Junta de Ayuda a los Refugiados Españoles), donde intenta encontrar una salida a su situación. Siguiendo la recomendación de la JARE, se presenta a la policía local de Perpiñán para ser llevado, el 22 de noviembre de 1939, al campo de concentración de Sant Cebrià de Rosselló.
Un año después, el ejército alemán lo encarceló y unos meses más tarde, ante la negativa del gobierno español de reconocer su nacionalidad, lo deportaron el 27 de enero de 1941 como apátrida indeseable al campo de exterminio austríaco de Mauthausen, junto con otros catalanes.
Fue liberado por las tropas norteamericanas en mayo de 1945 y se estableció en Sant Julià de Lòria (Andorra) donde escribió K.L. Reich, su obra más importante, que relata sus recuerdos y vivencias como superviviente en el campo de concentración de Mauthausen y transcribe los poemas recogidos en Les llunyanies.
Después de Andorra retornó a Cataluña donde vivió marginado y silenciado sin poder volver a Manresa debido a la represión franquista. Se instala en Barcelona con su esposa, que muere en 1949 a los 37 años, dejando un hijo, Marcel, de tres años. En esta época, dio a conocer varias novelas: El casino dels senyors(crítica en forma de relato irónico de las grandezas y las miserias de la burguesía de Manresa de antes de la Guerra Civil), Roda de solitaris (narra la vida de cinco personajes durante la Guerra Civil) y La pau a casa(muestra el escepticismo y la pérdida de ideales de los protagonistas). No fue hasta 1963 que publica K.L.Reichcon el que obtuvo el premio Fastenrath en 1965. La ribera deserta (tres personajes buscan desesperadamente salir de la frustración constante en la que se encuentran) fue su último libro en 1966.
En 1962 fundó Amical de Mauthausen, asociación para defender los derechos morales y materiales de los aproximadamente 10.000 deportados a los campos de concentración del Tercer Reich, y de sus familias, junto con otros compañeros deportados. Además, Joaquim Amat-Piniella fue, en palabras de Montserrat Roig, el inspirador de Els catalans als camps nazis (1977). En 1974 murió en el Hospital de Bellvitge.
Les llunyanies, poemas de exilio (1940-1946)
El año 1990, apareció una compilación de poemas inéditos del autor escritos durante los años que estuvo en Francia, cuando fue deportado a Mauthausen y a los campos de la ribera del Danubio, y también de su estancia en Andorra.
Es un poemario-diálogo con su esposa lejana. Son poemas que manifiestan la voluntad y la necesidad de Joaquim Amat-Piniella de expresar el mantenimiento de la dignidad dentro de un campo de concentración, la resistencia ante la pérdida de la humanidad y el horror y el dolor que lo acompañaron en su exilio.
Los setenta y un poemas fueron escritos, desde la ‘lejanía’ de su tierra y su esposa:
...Blanc que em deixa orfe de colors
i em limita als horitzons encongits,
obscurs i tristos de la meva ànima.
...
Blanc que és absència i solitud
i puresa potser, però erma i estèril,
Desert del cor i mort sense grandesa.
Blanc en el Mosela
... Què se me’n donen ja les tombes de dones i d’infants
si és aquesta la justícia dels condemnats
quan cauen les reixes i s’esberlen els murs!
...
Força a mi! Força de gegants per a mi,
Que sóc la vida! La vida que reneix!
La riuada en el Lager de Ternberg
... tot és erm allà on germinaven els meus nodriments,
tot és silenci allà on la vida es gronxava entre cançons,
amenaçant el no-res d’engolir les essències del meu ésser...
Obriu-vos ja, reixes, sobre aquest cel que és el seu cel!
I rebré força d’una altra força pel correu dels estels clars...
Cel enreixat en el campo central de Mauthausen
És un món blanc el d’aquests dies sense accent,
fred feroç que corre per la plana deserta
a la captura del darrer caliu de l’any morent...
Per què has vingut, Nadal?
Per què has vingut si el món no et vol rebre?...
Per què has vingut, Nadal?
No hi ha benvinguda per a tu
A la plana on els arbres dormen,
Nadal hostil als homes de bona voluntat!
Nadal de 1944 en el campo de Redl Zipf
...perquè el teu pa és negre i amarg,
perquè la teva terra guarda la cendra dels germans,
jo et maleeixo i t’escupo, Alemanya.
Ajup-te ara al glavi just del qui t’ha vençut
i plora al teu torn, encara que les llàgrimes no esborrin la sang,
que del pou profund de la teva vergonya
n’he sortit cantant himnes de victòria.
Comiat en el campo de Ebensee y en Würzburg
...I estic ací, ara, vora un riu mandrós,
sota un cel ressec, ratllat d’ocells...
Em capbusso i pesco i nedo i ric...
perquè he deixat els plors entre les ruïnes hostils,
perquè no treballo i sóc pobre...
Amors d'estiu en París y en Sant Antonin
Em toca abdicar la llunyania del rebel,
però res no hi perd la meva rebel.lia.
Cap cot o cap alt, encara brillen els estels!»
Esperança en Caussade, Andorra la Vieja y en Sant Julià de Lòria
Poemas, escritos desde el límite de su condición humana, que buscan la salvación y expresan su rebelión en sus versos. Algunos de ellos pertenecientes a una compilación llamada Meteors fueron publicados en la revista Ara.
Tal y como dice el prólogo de Les llunyaniesde Jordi Castellanos:
Es así como el hombre, desamparado, vacío de todo bien material, carne de exterminio, encuentra un sentido, aquel que ignoran, que no quieren escuchar sus carceleros. Y es este sentido aquello que convierte la víctima en poeta, porque, desnudado de todo, desposeído, gracias a las palabras que todavía le restan, puede restablecer un vínculo profundo con el universo y con la humanidad entera.
La figura del escritor, poeta y político Joaquim Amat-Piniella merece y pide ser recordada, él y las víctimas de las derrotas y los horrores del siglo pasado.
Un verso de su poema Retrobament, escrito en Andorra el mes de septiembre de 1945, puede ilustrar el último pensamiento que Joaquim Amat-Piniella tuvo desde la soledad de la habitación del hospital de Bellvitge antes de morir el 3 de agosto de 1974:
¿Quién ha escrito el guión de mi historia?
[Artículo publicado originalmente en catalán en la revista de cultura Mirmanda, número 16, 2021]
FOTO: Amat-Piniella (segundo por la izquierda) en la línea Maginot en 1940, destinado para hacer tareas de mantenimiento. Iban con uniforme gris, sin arma y cobraban medio franco al dia. Fundació Amat-Piniella vía Jordi Bonvehí en Flickr