La base de datos de IHR ha sumado recientemente nuevos nombres gracias a la aportación del investigador José María García Márquez, que en 2012 publicó Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1936-1983) (Aconcagua Libros, ISBN:978-84-96178-94-6), cuyos datos ha compartido con el proyecto de ihr.world.
En más de setecientas páginas, Márquez identifica miles de víctimas de la provincia de Sevilla, además de adentrarse en la historia del golpe militar, detallando los acontecimientos de cada pueblo de la provincia. Según reseña el autor en la introducción del tomo, Sevilla fue una provincia “especialmente masacrada por los rebeldes” y afirma que, junto a Córdoba y Badajoz, fue “la que más sufrió la sevicia de los militares sublevados”.
La investigación de Márquez, tal y como expresa su autor, es fruto de un trabajo colectivo, donde la participación durante años de familiares, vecinos, investigadores e historiadores ha sido imprescindible para la configuración del libro.
El conjunto de datos Víctimas de represión por el golpe de estado revela un total de 11.287 víctimas. El 95% residía en la provincia de Sevilla en el momento de la represión; 502 personas eran residentes de otras provincias de España, 4 residían en otros países y de 7 desconocemos el lugar de residencia.
Se conoce la provincia de nacimiento de tan solo la mitad de las víctimas. De ellas, la gran mayoría eran sevillanos de nacimiento (4.151), pero también encontramos personas nacidas en Huelva (269), Badajoz (207) y Cádiz (209), entre otros. Conviene destacar las 50 personas nacidas en países extranjeros que el conjunto de datos también recoge, entre los que se encuentran Argentina, Portugal o Gran Bretaña.
En cuanto al género, los datos revelan que entre las víctimas mortales hubo 759 mujeres, un porcentaje que no llega al siete por ciento. Con respecto a la edad, el 42% tenía entre 25 y 45 años y 160 personas eran menores de 18 años en el momento de su muerte o desaparición.
El libro de García Márquez también recoge información sobre la fecha de la represión. La mayoría (6.614 en total) murieron o desaparecieron en 1936. En 1937 fueron 964 los represaliados.
El libro incluye, además, dos anexos cuyos datos también incorporamos a la base de datos. Se trata de Sevillanos muertos en el ejército republicano y de Víctimas de la violencia izquierdista. El primero incluye 254 registros, mientras el segundo recopila 479. Todas eran personas residentes de la provincia de Sevilla excepto tres: uno de Huelva, otro de Córdoba y un tercero del que se desconoce el lugar de residencia.
El trabajo de Márquez incluye también una tabla que simplifica las más de 500 causas de muerte que recopiló el autor según el texto de cada uno de los expedientes de cada archivo. No disponemos de esa información simplificada. Por esta razón, se ha optado por no incluir la causa de muerte en cada uno de los registros de la base de datos. En ocasiones, el redactado de la causa de la muerte era literal y variopinto: “A causa del dominio marxista de esta villa”; “A consecuencia del glorioso alzamiento nacional”, “Asfixia por ahorcadura”; “En refriega con las fuerzas liberadoras”.
Sin embargo, hemos podido agrupar las causas de muerte más repetidas para realizar la siguiente visualización:
También según los datos, 75 hombres murieron en campos de concentración nazis en territorio austriaco, en Mauthausen-Gusen (incluido el subcampo de Steyr) y Hartheim.
Asimismo, en 5.146 personas consta como causa de la muerte la aplicación del bando de guerra (leer aquí el bando de guerra de Queipo de Llano). El bando de guerra de Franco destituía a todos los representantes públicos y, en caso que continuaran en sus puestos, anunciaba que se les acusaría de “delito de rebelión”. Este delito y el de “auxilio a la rebelión” fueron los utilizados para aplicar graves condenas a las personas con alguna relación con la República
Quedandestituidos los Gobernadores Civiles y Delegados del Gobierno, Ayuntamientos, Cabildos, Mancomunidades interinsulares y cuantas Juntas de cualquier clase dependan de dichas Corporaciones. Los destituidos integrantes de ellas se abstendrán en el desempeño de su cometido a partir del instante de la publicación de este Bando y la contravención del mismo en este sentido se reputará como suficiente para considerarlos incursos en el delito de rebelión. (art 5º bando de guerra)
Podemos destacar los siguientes nombres: Santos Blanco Escobar (15 años), Juan Calerón Gamero (15), José Cornejo Moreno (16), Juan González Espinosa (12), Antonio Herrera Pernía (12), Juan Moreno García (15) y Francisco Rivera Jiménez (14). A todos ellos se les aplicó el bando de guerra siendo menores de edad en el momento de la represión.
FOTO: Frente de Andalucía. Después de ser tomada Utrera, las fuerzas detienen a los cabecillas marxistas. Por Serrano (1888-1975) Photo Club. España - Delegación del Estado para Prensa y Propaganda. Biblioteca Nacional de España. Biblioteca Digital Hispánica.
Iniciamos el curso en que nuestra asociación celebrará cinco años de existencia incorporando nueve nuevos conjuntos de datos a la base de datos centralizada de la Guerra Civil y el franquismo, gracias a nuestro trabajo voluntario en equipo.
Entre ellos, por primera vez, hay datos inéditos, nunca antes publicados ni en papel ni online. Se trata de una detallada relación de los 1.794 registros de Procedimientos Judiciales Militares de personas nacidas o residentes en Menorca (Illes Balears) , elaborada por el historiadorJosep Portella Coll, a quien agradecemos su confianza en nuestro proyecto. Las causas que ha descrito están en el Juzgado Togado Militar Territorial Nº 33 (JUTOTER 33), sede de Palma de Mallorca del Tribunal Militar Territorial 3º.
Hasta ahora teníamos referencias de archivo de procedimientos judiciales de once provincias (Alacant , Albacete, Barcelona, Castelló, Girona, León, Lleida, Madrid, Tarragona, Valencia y Zamora) , y ahora añadimos procedimientos judiciales militares de cinco provincias más. Aun así, por la dispersión de la documentación, no podemos afirmar que se trate de la totalidad de dichos procedimientos de cada lugar. Esto es especialmente así en el caso de Soria; el propio archivo especifica que la mayoría de expedientes se encuentran en el Juzgado Togado Militar Territorial nº 32 de Zaragoza.
FOTO: Fila de prisioneros republicanos en Utrera. Autoría: Serrano (1888-1975). Delegación del Estado para Prensa y Propaganda. Biblioteca Digital Hispánica. Biblioteca Nacional de España
Laura Cuesta / Núria Noguera (con la colaboración de Guillermo Nasarre)
Hoy 21 de junio, para conmemorar el Día Europeo de la Música, publicamos un artículo dedicado al proyecto El Silencio Roto, de Elsa Calero-Carramolino. Este recoge las experiencias musicales en recintos de detención política (prisiones, hospitales penitenciarios y campos de concentración), durante la dictadura de Francisco Franco. A modo de página web, el proyecto recoge 73 biografías de personas vinculadas al ámbito musical que fueron represaliadas, 176 fichas catalográficas de obras que fueron compuestas en prisión, y un índice topográfico de 211 centros de retención donde tuvieron lugar estas prácticas. De las 73 personas, 56 fueron músicos, y hemos incorporado sus nombres a la base de datos como tales en el conjunto de datos Músicos encarcelados durante la dictadura.
La recuperación de estas biografías forma parte de la tesis doctoral de la autora: Prácticas musicales en el ecosistema sonoro penitenciario franquista (1938-1948): propaganda, contrapropaganda y clandestinidad.
Después de graduarse en Historia y Ciencias de la Música, Elsa Calero se interesó por las relaciones entre música y poder en el siglo XX. La idea del proyecto surgió por el programa de Televisión Española El coro de la cárcel: “Pensé que si ahora se hace música en las prisiones, quizá en la época de la Guerra Civil y el franquismo, que es la que a mí más me interesaba, también se componía música”, explica la autora. También tuvo en cuenta la música de los campos de concentración nazis: “Hace un par de años tuvo lugar la exposición Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos y me hizo reflexionar que en España hace menos y lo tenemos mucho más cerca”. El Silencio Roto es el resultado de muchos años de investigación y de un afán de divulgación de la historia que, durante años, se había mantenido en el silencio. “
«Ha sido también mi forma de agradecer a todas las personas que me han contado sus historias y han compartido su vida conmigo. Lo he entendido como un acto de devolverles su vida a ellos”.
Respecto a las fuentes utilizadas en el proyecto, Calero asegura que han sido su “caballo de batalla” durante toda la investigación: se ha tenido que mover entre las oficiales y no oficiales. En cuanto a las oficiales, la primera fuente a la que tuvo acceso fue el semanarioRedención, un periódico escrito por y para los presos, donde aparecían las actividades musicales que se llevaban a cabo en las cárceles; pero también accedió al Archivo de Instituciones Penitenciarias, las memorias de la Dirección General de Prisiones, el Boletín Oficial de la Dirección General de Instituciones, archivos históricos provinciales entre otros.
El título del semanario hacía referencia al sistema de redención de penas por el trabajo, que se mantuvo durante todo el régimen franquista: un sistema de «explotación laboral» y de «trabajo forzado de los presos políticos», según el historiador Javier Rodrigo. A cada recluso-trabajador se abrirá una libreta para ir anotando en ella los trabajos que realizaban y las horas que invertían en cada uno [Para más información: La redención de penas por el trabajo en el ordenamiento jurídico español, por Francisco Bueno Arús]
Cartilla de redención del músico José Fernández Campos. Imagen cedida por Elsa Calero-Carramolino
A nivel de fuentes no oficiales, la investigación de Calero-Carramolino se ha basado en archivos personales de los presos, donde ha encontrado lo que se hacía de forma clandestina. La investigadora critica que “la memoria oral está muy castigada en España porque se le atribuyen connotaciones muy negativas y no se les da suficiente crédito a los testigos de la Guerra Civil”. Además, cuenta que durante la tesis, las biografías las tuvo que justificar muchísimo porque siempre había la observación de que no eran tan exactas como un documento. “Pero los documentos que se redactaban también tenían una intención propagandística”, reflexiona. Calero subraya también que la memoria oral “ha sobrevivido bastante bien”, pues, aunque se ha perdido mucha música de aquel periodo, se ha conservado el texto de muchas obras.
Partitura y letra de «Oh Libertad» escrita en 1939 en la Prisión Modelo de Valencia por Ángel Bernat poco antes de ser fusilado. La partitura y la letra están escritas en papel higiénico. Fondo personal de la familia Bernat-Santonja. Imagen cedida por Elsa Calero
Metodológicamente, el proyecto se ha ido configurando a través de dos ejes, uno cronológico y otro centrado en el tipo de música compuesta por los presos. En cuanto a la cronología, Calero revela su intención inicial de abarcar todo el periodo de la dictadura franquista: “Tuve que hacer un primer corte en el año 63 pensando en el Tribunal de Orden Público, con el que cambiaron muchas cosas en los modos de sentencia y en la propia forma de percibir lo que era el sistema de redención de penas” [Ver Masacre de Atocha: 44 años después]. Tras ese primer corte, Calero tuvo que volver a reducir el tiempo abarcable en el proyecto, quedándose finalmente con los 10 años que transcurren entre 1938 y 1948.
El proyecto divide, a su vez, los diez años estudiados en dos periodos: 1938-1943 y 1944-1948. Esta división se justifica por las circunstancias contextuales del periodo histórico. En 1937, explica la autora, aparece el Decreto 281 para la redención de penas por el trabajo y en 1938 ya encontramos las primeras evidencias de que hay música en las cárceles. Por otro lado, en 1944 aparece el Código Penal, lo que supone una primera regulación de todo lo que se había venido haciendo los años anteriores.
“Tanto de la parte oficial como de la parte no oficial, ya había orquestas, ya se cantaban himnos. Los propios presos empiezan a componer contrahimnos como un síntoma de protesta y preservación de su identidad (…) En 1948 aparece el Reglamento Interno de los Servicios de Prisiones y ahí se vuelve a recoger, con algunas modificaciones, lo que era la vida penitenciaria. Y por eso también yo cierro la tesis ahí”.
En cuanto al eje centrado en el tipo de música, Calero ha dividido las obras y biografías recogidas en oficiales y no oficiales. La parte oficial recoge todo aquello que proponía el Estado a nivel propagandístico:
“La música respondía a un afán de castigo, pero también a un afán de reeducación, es decir, querían reeducar a los presos para convertirlos en ciudadanos de bien para el nuevo Estado”.
Esta forma de comprender la reeducación se enmarca dentro del régimen de autocracia de la Dictadura, momento en el que España debía abastecerse de lo que tenía; también de los ciudadanos y la masa intelectual. En este contexto encontramos el caso paradigmático de Agapito Marazuela (1891-1983), folclorista y musicólogo español, que después de pasar seis años en prisión fue reconocido como Premio Nacional de Música por el régimen.
“Pasan de ser represaliados a ganar premios porque el franquismo consideraba que habían redimido su condena”, cuenta Calero. Se configuraba, por tanto, como una forma de expropiar la obra de los autores: “La obra por la que te condenamos ahora merece este premio y tú ya quedas marcado como de nuestro lado. Te hemos resignificado, con lo cual también has quedado aislado si es que tenías algún círculo subversivo”, añade la autora.
Por otro lado, encontramos la música no oficial, que Calero ha dividido entre lo subversivo y lo clandestino. Lo subversivo hace referencia a aquellas piezas que los presos componían a modo de protesta directa contra la situación que vivían:
“Esto se ve muy bien en los himnos políticos que les obligaban a cantar desde el régimen. Modificaban las letras y, por ejemplo, en el Cara Sol cantaban Cara al suelo con la camisa caqui”.
Además de la modificación de letras, dentro de lo subversivo encontramos también un repertorio amplio de canciones protesta, donde los presos se quejaban de las condiciones de vida de la cárcel, el hambre, la falta de higiene, el frío o la soledad. En cuanto a la músicaclandestina, esta se refiere a las obras que los presos componían para elevar, de algún modo, su yo creativo.
“Es el arte por el arte, sin ninguna intención política ni propagandística. Son piezas que están hechas de espaldas al Estado pero que a ellos les cohesiona como comunidad”.
Gran parte de la música que se compuso en las cárceles durante el periodo analizado se creó con la finalidad de ser interpretada y cantada en el momento. Así, la oralidad y brevedad eran elementos indispensables: “Cuanto más corto mejor, porque facilitaba la memoria oral y se ahorraba papel. Se lo iban cantando unos a otros y esto facilitaba el aprendizaje”, reseña la autora.
Pero también encontramos autores de obras mayores, como es el caso de Eduardo RincónGarcía(1924-), cuya formación musical empezó en la cárcel.
El compositor Eduardo Rincón en la Prisión Central de Burgos en 1963. Fondo personal de Eduardo Rincón. Imagen cedida por Elsa Calero.
“Compuso varios cuartetos y alguna sinfonía, alguna canción para piano también. El interés estaba en el acto de escribir en sí, entendido también como una fórmula de estudio propia para el autor”.
Esta forma de entrenar el “músculo musical”, como lo denomina Calero, es más común en aquellos presos que eran músicos antes de entrar en la cárcel: “Encontramos el caso de Tomàs Gil i Membrado(1915-2014), que según contaba lo escribía todo de memoria como una forma de ejercitar sus conocimientos musicales”.
En cuanto a la forma de crear y escribir las obras, reseñar que a los presos no se les proporcionaba papel ni siquiera para escribir a las familias.
“La música, en tanto que es un lenguaje codificado, les daba muchos problemas porque si desde la cárcel descubrían una partitura, pensaban que estaban mandado un mensaje encriptado”.
De este modo, los presos podían componer las piezas en trozos de papel que conseguían en su día a día, como el envoltorio de la comida, el papel higiénico o el reverso del papel de fumar. La autora también destaca que esto sucedía en las cárceles de hombres, mientras que en las de mujeres predominaban las piezas orales.
“La tasa de analfabetismo en las mujeres era mayor, con lo cual no tiene sentido que hablemos de escribir letras o partituras porque no las van a saber interpretar. Ellas se movían por memoria oral, creaban de forma oral, transmitían de forma oral. Así que a medida que han ido muriendo todos esos relatos se han ido perdiendo porque no se ha llegado a tiempo a registrarlos”.
Por otro lado, señala que a las presas se les añadía el “componente de sexualización de la pena”, es decir, no se las proveía de asuntos higiénicos, así que el papel que tenían lo necesitaban también para sus bebés o la menstruación. A pesar de esto, si nos fijamos en los datos, la actividad musical de los hombres y la de las mujeres es pareja, aunque había menos presas.
“Los hombres firmaban sus piezas mucho más que las mujeres, ellas firmaban más como colectivo en pro de esa memoria oral. Al final de la música que componían cada una añadía una frase”
Calero subraya que hicieron mucho repertorio político porque estaban muy familiarizadas con la canción popular, sobretodo con la copa, cuplé, canción española y variantes. «A la hora de responder con mensajes políticos no les era complicado construir sus propias canciones imitando sus estilos pues simplemente cambiando la letra”.
Elsa Calero analiza la dificultad de acceder a los archivos en España, “si comparamos con otros países, en algunos casos me ha sido más fácil consultar documentación fuera que dentro”, explica la investigadora. También destaca que la ley de protección de datos y las interpretaciones que se hacen sobre la norma, han interferido en su investigación “por parte de las instituciones”. Además destaca que no ha podido identificar a muchas personas por no poder acceder a la documentación: no podía saber el año de la defunción sin consultar los archivos. “En la web aparecen 73 personas: son las que he podido identificar medianamente bien; encontrar, encontré muchos más”, recalca la autora.
“El problema es que en España somos muy acomodaticios, en la obra Ay Carmela hay una frase de Carmela que dice: los españoles cuando tenéis el estómago lleno os olvidáis de todo lo demás. También señala que otro gran problema es el dispendio económico que supone solicitar documentación de archivo en España. Esto supone descartar archivos y quizá de lo que prescindes podría aportar información importante para la investigación.
“Es muy caro obtener documentación en fotocopias o digitalizada de los archivos; yo me he gastado miles de euros durante mi investigación”.
Elsa Calero-Carramolino ha creado una lista de reproducción de música de El Silencio Roto en spotify y podéis escucharla aquí
FOTO: Prisioneros en la cárcel de Porlier, Madrid. Entrega de una biblioteca y celebración del día de la Virgen de las Mercedes Fecha entre 1936 y 1939/ Biblioteca Digital Hispánica
Seguimos explorando maneras diferentes de comunicar información sobre las víctimas de Guerra Civil y la represión posterior durante la dictadura de Franco. Hoy publicamos un buscador geográfico que incorpora registros de diversos conjuntos de datos.
Anunciamos la publicación de este recurso durante la mesa redonda Datos abiertos y patrimonio documental en el XVIII Congreso de Archivística y Gestión Documental de Catalunya y lo publicamos poco antes del Día Internacional de los Archivos el 9 de junio para destacar la importancia de que se publiquen datos históricos en formato abierto.
Martin Virtel y Guillermo Nasarre han ubicado en un mapa los más de 82.000 registros de personas muertas, desaparecidas o represaliadas de quienes conocemos su lugar de nacimiento para facilitar búsquedas geográficas. Se puede buscar por apellidos y por lugar de nacimiento. Para los apellidos, se recomienda probar diversas grafías, especialmente con o sin acento.
«Nos gustó especialmente trabajar con Datasette de Simon Willison –dice Martin–. Es una herramienta excelente para publicar datos: muy bien pensada, fácil de comprender y de adaptar».
«El tiempo que ahorramos usando Datasette lo pudimos invertir en publicar un paquete de R que bautizamos como limpyr –añade Guillermo–. Incluye varias funciones de limpieza, como convertir nombres de lugares, a veces con más de una versión, en coordenadas geográficas .»
En el enlace, que quedará en nuestra página principal, veréis un mapa y a continuación un listado de nombres. En el mapa se sitúan como máximo mil puntos. La ubicación no es necesariamente exacta y puede haber más de un punto por persona si consta en más de un conjunto de datos. El lugar de nacimiento se ha calculado automáticamente para ampliar las posibilidades de resultados. También hemos creado un tutorial sobre ¿Cómo buscar geográficamente en nuestra base de datos?, con música cedida por Piano Accompaniment.
En el listado constan los resultados y desde el número de identificación a la izquierda (columna ID) se enlaza directamente a toda la información de qué disponemos en nuestra base de datos. Clicando en Referencias desde cada registro, podéis ver cómo acceder a la información o documentación.
Al poder buscar por apellidos y lugar, creemos que muchas personas van a poder descubrir a familiares represaliados de los que no se tenía conocimiento. Para buscar por nombre y apellidos, es mejor hacerlo en ihr.world, donde hay más de 1,2 millones de registros, y en el Nuevo Buscador de Represaliados de la Guerra Civil del que os hablamos en nuestro artículo anterior.
La base de datos de los expedientes del Archivo del Ministerio de Educación que incorporamos a ihr.world es útil para el objetivo por el que se creó: encontrar en el Archivo el expediente solicitado entre más de medio millón. El Archivo pasó años elaborándola.
Hemos querido calcular cuánto tiempo se tardaría únicamente en teclear la información que contiene. Los casi 30 millones de caracteres que la conforman suponen un mínimo de tiempo de 340 días laborales tecleando a un ritmo de 36 palabras por minuto, la velocidad media para acceder a un puesto de la Administración Pública que implique esta tarea. Es decir, solo introducir los datos habría ocupado más de un año de trabajo. No estamos teniendo en cuenta la tarea de traslado de los expedientes para su consulta y laboriosa descripción. El trabajo con esta documentación histórica se llevó a cabo de forma adicional al trabajo diario del Archivo.
Igual que cada registro se refiere a una persona -y nunca olvidamos esto-, quien introduce cada registro desde un archivo también lo es, y todas las personas podemos cometer errores.
Limpiar los datos nos permite analizarlos y extraer nuevas conclusiones. En ihr.world asignamos género a cada uno de los registros, aunque este trabajo no es visible en la base de datos.
Para asignar género a cada uno de los nombres, hemos utilizado una base de datos de uso interno, elaborada por Carla Ymbern con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Institut Català d’Estadística (IDESCAT). Esto nos permite concluir que es muy superior el porcentaje de hombres con un expediente de titulación, mientras que el número de expedientes de depuración a hombres y mujeres es paritario.
Porcentaje de expedientes por género
La descripción del siguiente trabajo de limpieza de los datos no tiene como objetivo la crítica, sino explicar una parte de la actividad de ihr.world con los conjuntos de datos que integramos en la base de datos centralizada de la Guerra Civil y el franquismo.
El número de registros era inicialmente 565.218, y acabamos con 562.298. Se eliminaron casi 3.000 porque se detectó que eran duplicados. Nadie sería capaz de crear una base de datos uniforme La tecnología avanza rápidamente y los criterios pueden cambiar, así como las personas que dirigen el trabajo y quienes lo llevan a cabo.
Errores tipográficos que no tienen importancia en otros contextos cobran importancia en el caso de una búsqueda en una base de datos con tantos registros. Por ejemplo, existían nombres con caracteres imposibles, como números o símbolos diferentes al guión o el apóstrofe, o bien espacios y signos de puntuación adicionales. También había palabras incompletas o escritas incorrectamente.
Se reemplazaron expresiones como “Mª” o “Antº” por María o Antonio, aunque a veces no fue posible por su ambigüedad. Por ejemplo “Fº” podría ser “Fernando” o “Francisco”, incluso otros, y se optó por transformarlo en “F.”
Las máquinas que nos ayudan a limpiar los datos tenían que recibir instrucciones claras. Por ejemplo,
Todos los apóstrofes deben tener caracteres alfabéticos antes y después.
Todos los puntos deben ir precedidos por una mayúscula y seguidos de un espacio.
No puede haber mayúsculas en el interior de una palabra.
Asimismo, en el campo de nombres y apellidos, no puede haber ni dígitos, ni interrogantes ni guiones sueltos para indicar que “no consta”, ni espacios extra en blanco, porque esto dificulta la búsqueda.
Nombre y apellidos con mayor número de expedientes
Núm total
Depuración
Titulación
jose
garcia garcia
33
2
31
manuel
fernandez garcia
27
4
23
jose
sanchez garcia
25
2
23
jose
martinez martinez
25
1
24
francisco
garcia garcia
25
2
23
maria del carmen
garcia garcia
21
0
21
maria del carmen
garcia fernandez
16
0
16
josefa
garcia garcia
14
2
12
maria del carmen
perez garcia
11
0
11
maria de los angeles
garcia garcia
11
1
10
Utilizamos la existencia de la serie de caracteres “depura” en Tipo de expediente y Especialidad para separar los datos del Ministerio de Educación en
Hemos creado un notebook para explicar este proceso de limpieza y está disponible aquí.
IMAGEN: Título de Maestra de primera enseñanza elemental de Tomasa Sevilla Aranda (1913). Cedido por su bisniesta Raquel Herrera, quien estudia la depuración de sus bisabuelos en el proyecto difundido como #maestrosyrehenes en la red social twitter.
Los registros de más de medio millón de expedientes del Ministerio de Educación que obtuvimos como expedientes de depuración son, en su mayoría, expedientes de titulación.
Lo descubrimos solicitando un expediente de una persona supuestamente depurada al Archivo General de la Administración (AGA).
El Archivo del Ministerio de Educación explica: «Al unir las bases de datos de depuración y de titulación de quién era depurado y quién había recibido un título, se mezcló de una forma que hizo imposible separar las dos categorías» (*)
En 49.045 expedientes de la base de datos original consta la palabra «depuración», mayoritariamente en el campo Tipo de expediente. Por ello, a partir de ahora, podrán encontrarse en nuestra base de datos dos conjuntos de datos:
Ambos tipos de expediente se encuentran en el Archivo General de la Administración, donde fueron transferidos desde el Archivo Central del Ministerio de Educación.
El 50% de los nombres con al menos un expediente de depuración dispone también de un expediente de titulación.
Según fuentes del Archivo, en algunos casos la depuración y la titulación se incluían en el mismo expediente. Hemos mantenido únicamente duplicados una decena de casos, cuando hemos constatado que coincidían nombre y apellidos, número de legajo y número de expediente, y en Tipo de expediente constaba tanto Depuración como Titulación.
Consideramos que es útil seguir facilitando el acceso a todos los expedientes para facilitar la tarea de quien tenga interés en reconstruir su pasado familiar.
(*) Texto modificado tras obtener más información del Archivo de Educación (27 abril 2021)
El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor.
Para celebrar el cuarto aniversario de Innovación y Derechos Humanos, hemos incorporado un total de 562.298 registros de expedientes del Ministerio de Educación en nuestra base de datos. Los hemos dividido en dos conjuntos de datos. 49.045 expedientes son de Depuración de maestros/as y 513.253 son expedientes de Titulación del Ministerio de Educación. Así, la base de datos de ihr.world llega a 1.282.626 registros buscables por nombre y apellido.
Los registros de “maestros/as depurados” son expedientes de depuración abiertos a profesionales de la Educaciónque fueron apartados de su cargo de manera fulminante tras la victoria de las fuerzas sublevadas, a medida que fueron avanzando posiciones durante la Guerra Civil después del golpe de estado y especialmente en la posguerra.
[Nota 9 marzo 2021: En la versión anterior de este artículo se mencionaba un número mayor de registros y un único conjunto de datos. Explicamos la rectificación en este artículo]
Nunca hasta ahora había sido tan accesible la referencia a estos expedientes de depuración. La base de datos es un gran trabajo que elaboró durante años el Archivo Central de Educación (ACME), aunque actualmente los expedientes están en el Archivo General de la Administración (AGA) de Alcalá de Henares, adonde fueron transferidos.
La depuración no se refiere únicamente a los maestros/as de Primera Enseñanza o de Secundaria, o de la Escuela Normal (lo que hoy sería Magisterio). Se incluyen también las Universidades, las Escuelas de Ingeniería y Arquitectura, las Escuelas Técnicas, las Escuelas de Comercio, las Escuelas Taller; y no solo el profesorado sino también ayudantes, auxiliares, administrativos/as, porteros/as y cualquiera vinculado a la Enseñanza de una manera u otra a quien alcanzó la depuración, se apartó de su cargo y se incoó un expediente.
Son más de medio millón de expedientes y cubren las especialidades más variadas: no solo maestro/a, sino también perito industrial, profesor mercantil, ingeniero, arquitecto, veterinario, ajustador, tornero, capataz y muchas más. Estamos analizando los datos y próximamente podremos ofrecer más información.
Tal como explicamos en un artículo anterior, la misión de la escuela republicana era transformar el país. Hubo una generación de maestros y maestras identificados con la República. Los militares sublevados quisieron acabar con las ideas esenciales en que esta se apoyaba: libertad, autonomía, solidaridad, civilidad, que se reflejaba en la escuela.
La República española fue pionera en hacer posibles dos situaciones muy relevantes que hoy en día se dan por supuestas en nuestro país y en otros de nuestro entorno: la educación pública, laica y mixta; y el papel relevante de las mujeres en la sociedad. Por ello, la dictadura se ensañó con los maestros y las maestras.
Se ejecutó a un número indeterminado de ellos, sobre todo durante la Guerra Civil y al inicio de la posguerra, a menudo de la manera más cruel y arbitraria, como explicó Maria Antonia Iglesias en Maestros de la República. Los otros santos, los otros mártires(La Esfera de Libros, 2006). Allí cuenta las biografías de Arximiro Rico (Baleira, Lugo), Ceferino Farfante y Balbina Gayo (Cangas del Narcea, Asturias), Bernardo Pérez Manteca (Fuentesaúco, Zamora), Miguel Castel Barrabés (Sant Bartomeu del Grau, Barcelona), José María Morante Benlloch (Carcaixent, Valencia), Gerardo Muñoz Muñoz (Móstoles, Madrid), Severiano Núñez García (Jaraiz de la Vera, Cáceres), Teófilo Azabal Molina (Jerez de la Frontera, Cádiz), Carmen Lafuente (Cantillana, Sevilla) y José Rodríguez Aniceto (El Arahal, Sevilla).
A medida que los militares sublevados avanzaban por la península y tomaban posiciones, no solo apresaban a soldados, sino también a representantes políticos y sociales. Además, apartaban a los maestros de sus cargos. Inicialmente, se prohibió impartir enseñanza a todas las personas que habían ejercido en la zona republicana durante la Guerra Civil. Tan pronto como el ocho de noviembre de 1936, se crean por el Decreto 66 las Comisiones Depuradoras del personal de la Enseñanza, de cuatro tipos: (1) Personal Universitario; (2) Escuelas de Ingenieros y Arquitectos; (3) Enseñanza Media, Inspectores, profesorado de Escuelas Normales y Personal de las Secciones Administrativas; y (4) Magisterio Primario. De estas dos últimas había una comisión por cada provincia, mientras que las dos primeras eran únicas.
Sobre la historiografía de la depuración de la enseñanza, supone un hito en 1997 la tesis doctoral La escuela y el Estado Nuevo. La depuración del magisterio nacional (1936-1943) de Francisco Morente Valero, actualmente profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona, en la que se incluyó un anexo con 20.000 nombres, siendo tan solo una muestra. En 2017, Jesús Manuel García Díaz leyó su tesis La depuración del Magisterio nacional en A Coruña, y allí describe ampliamente los estudios generalistas y de ámbito local sobre la depuración de la Enseñanza hasta entonces (páginas 24-62).
Este conjunto de datos se une a los mayores incorporados hasta la fecha en la base de datos de ihr.world, buscable por nombre y apellido, que cuenta también con:
485.136 registros de causas militares (conocidas como «consejos de guerra») de los Tribunales Territoriales Militares Primero(Madrid, Albacete, Alicante, Castellón, Valencia), Tercero (Barcelona, Girona, Lleida, Tarragona) y Cuarto (León, Zamora). [Explora los sumarísimos aquí]
Desde la asociación sin ánimo de lucro Innovation and Human Rights creemos que el acceso a la información es un derecho fundamental, reconocido por la legislación internacional, por muchas constituciones y por más de 80 leyes nacionales de todo mundo, que implica el derecho de toda persona a solicitar y recibir información de entidades públicas.
Hoy queremos explicaros que estamos facilitando el acceso a los datos de casi medio millón de procedimientos judiciales militaresabiertos en 11 provincias españolas durante la Guerra Civil y el franquismo entre 1936 y 1975, según datos del Ministerio de Defensa. Estamos trabajando para dar acceso a este tipo de datos de varias provincias más.
«El acceso a la información es fundamental para romper con el silencio y el desconocimiento que aún existe respecto a nuestra historia reciente»
Nuestra base de datos ha superado los 700.000 registros y cada uno de ellos dirige a su fuente documental y a una página de referencia que explica de dónde procede el conjunto de datos, su autoría y cómo acceder a la documentación original o a la información. Principalmente, los conjuntos de datos se basan en índices elaborados por los propios archivos, pero también contamos con datos de investigaciones históricas de zonas como La Rioja, Aragón, Catalunya y Madrid compartidas por sus autores o autoras para este proyecto (Explora la sección Conjuntos de datos para más detalles).
«Muchas personas ni saben que sus familiares fueron represaliados; se llevan una sorpresa cuando encuentran sus nombres y piden la documentación»
Se puede buscar por nombre y apellido. Desde cada registro se obtiene información sobre cómo acceder a la documentación original, si está en un archivo; o a la referencia de un libro, tesis doctoral o artículo académico. Con los datos de la represión en Catalunya, Innovación y Derechos Humanos ha elaborado también la exposición virtual Sumarísimos en femenino.
Aclaración importante: Son 485.136 registros de causas, no personas. Una causa puede agrupar a decenas de personas. Igualmente, a una persona se le pueden haber abierto 2, 3, 4, 5… causas. En la mayoría de casos, el registro no especifica cuál fue el resultado o sentencia.
La asociación cuenta con un equipo de trabajo interdisciplinar mayoritariamente femenino con profesionales de Periodismo, Informática, Historia, Archivística y Estadística.
Hemos difundido nuestro trabajo en congresos y tenemos tres objetivos:
Facilitar el acceso de la información sobre víctimas y personas represaliadas.
Difundir el trabajo de los archivos para promover su conocimiento y el acceso a la documentación.
Contribuir a la investigación histórica, por la posibilidad de compartir y cruzar los datos.
«Nos escribió una persona diciendo que, buscando datos de un familiar, había encontrado a seis. Otra afirmó que no habría nadie, hasta que tecleó su apellido, muy poco corriente.»
Además, la base de datos integra también entre otros los nombres de
Foto: Rendición de milicianos republicanos en Somosierra, Madrid. Suceso tras la Batalla de Guadarrama en 1936. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía [Google Arts & Culture].
Nuestra base de datos se ha incrementado con un conjunto de datos muy especial: porque engloba todos los datos de las víctimas mortales de una comunidad autónoma: La Rioja, gracias a la generosidad deJesús Vicente Aguirre, que ha contribuido a hacer crecer el proyecto con los datos estructurados de su investigación en tres volúmenes, que inició con el nombreAquí nunca pasó nada. La Rioja, 1936 (Editorial Ochoa, Logroño). En más de mil páginas aparecen las historias, pueblo a pueblo, con nombres, fichas, documentos y, cuando es posible, fotografías, de los dos mil asesinados en La Rioja, sobre todo entre los meses de julio y diciembre de 1936. Está basada en una extensa documentación de archivos y testimonios orales. Su estudio tiene una importancia fundamental porque La Rioja no fue zona de guerra: cayó en manos de los militares sublevados horas después del golpe de estado del 18 de julio de 1936.
Se trata de personas nacidas o residentes en La Rioja asesinadas allí y también muertos en los frentes de batalla, «la absoluta mayoría de ellos en las filas del ejército nacional [nota: el ejército de los militares sublevados] que es el que les tocaba (en su mayor parte simplemente por su lugar de residencia, algunos por convicción derechista, y otros para librarse de un destino ya señalado por su militancia republicana o de izquierdas)», en palabras de Jesús Vicente Aguirre. También están quienes murieron en la retaguardia republicana, naturalmente en otras zonas, o los deportados a campos nazis.
Detrás de cada dato hay una persona y una familia. Eso lo recordamos siempre. Y también recordamos el contraste entre el relato oficial del franquismo y la realidad. La foto que ilustra este artículo muestra una escena de una fiesta militar en Logroño el 2 de octubre de 1938, con motivo de la entrega de condecoraciones por Franco a las tropas legionarias italianas que, junto a los efectivos alemanes, tanto contribuyeron al triunfo del golpe de estado que provocó el inicio de la Guerra Civil. Mientras Carmencita Franco condecoraba una bandera, en octubre de 1938 solo en La Rioja habían muerto ya 1.966 personas, la mayoría víctimas de una feroz represión. Recordemos que allí no hubo muchos enfrentamientos ya que las tropas del general Mola entraron en Logroño el 19 de julio de 1936.
Logroño, 2 de octubre de 1938
El análisis de los datos revela que las mujeres muertas fueron 43, un escaso porcentaje (2%) del total. El 96% de las víctimas eran residentes en La Rioja; solo 82 personas residían en otras provincias: 56 de ellos en Navarra y 16 en Burgos. En el 30% de los casos consta el municipio de nacimiento. Aunque la mayoría de víctimas había nacido en La Rioja, de 175 personas se sabe que residían allí habiendo nacido en otras provincias: 62 en Castilla y León, 33 en País Vasco y, por ejemplo, 5 en Catalunya:
175 víctimas mortales residentes en La Rioja no nacidas allí según lugar de origen
Respecto a los lugares de muerte de las 2006 personas nacidas o residentes en La Rioja, Innovation and Human Rights los hemos agrupado por municipios. 394 personas constan como arrojadas a la fosa común de La Barranca, convertida en Cementerio Civil en 1979. Se encuentra en el municipio de Lardero, siete kilómetros al sur de Logroño, adonde se paseaba a los represaliados «a partir del mes de septiembre de 1936 –según Aguirre–, porque ya no había sitio en el cementerio de Logroño». En otros municipios se conoce la existencia de fosas, como en Logroño (La Grajera), Calahorra (Cuesta de la Gata) y Villafranca Montes de Oca (La Pedraja), entre muchos otros. De los datos trabajados, para 108 personas no constaba el lugar de la muerte y, en 164 casos, no ha sido posible determinar el municipio por tratarse de un área más amplia.
Municipios con mayor registro de personas muertas
La investigación de Jesús Vicente Aguirre detalla también los nombres de los 21 riojanos miembros del llamado Tercio Sanjurjo asesinados en Zaragoza y los seis que murieron a consecuencia de la fuga del Fuerte de San Cristóbal en Pamplona, protagonizada por 795 prisioneros en 1938. En el transcurso de la fuga, «207 hombres fueron asesinados por fuerzas militares, falangistas, requetés y paisanos, vecinos de los pueblos de los alrededores, que salieron al monte con sus escopetas y sus perros como si fuesen a una partida de caza», en palabras del investigador Koldo Pla. El año pasado se localizó la fosa común donde fueron arrojados.
Este curso 2018-2019 ha sido especial para la asociación sin ánimo de lucro Innovación y Derechos Humanos. Hemos celebrado dos años y medio de existencia, desde el 10 de diciembre de 2016. Elegimos constituirnos entonces por ser el Día Internacional de los Derechos Humanos. Poco antes de nuestro primer aniversario, en noviembre de 2017, publicamos online la base de datos centralizada de víctimas de la Guerra Civil y el franquismo con más de 200.000 registros referenciados a archivos e investigaciones históricas. Aquí podéis ver el video de la presentación en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB). Durante nuestro segundo año, hemos superado con creces el objetivo de doblar el número de registros: Ahora contamos ya con más de 700.000 registros.
En la base de datos se puede buscar por nombre y apellidos y desde cada resultado se accede a la descripción del conjunto de datos del que hemos obtenido la información y a la autoría de la investigación, que puede tratarse de un archivo o de un libro, artículo, tesis… Pronto incorporaremos nuevos conjuntos de datos.
Como homenaje a Neus Català, incorporamos un conjunto de datos de 8.263 personas españolas deportadas a campos de exterminio nazis a la base de datos centralizada de la Guerra Civil y el franquismo de ihr.world. Lo hacemos también porque aún hay personas como Lola que, tan solo hace un año, descubrió que su abuelo había muerto en Gusen en 1942 en lugar de en el frente en 1937 gracias a 15MPedia. Los datos proceden de un listado extraído de la Base de datos Españoles deportados a campos de concentración nazis (1940-1945) del Ministerio de Cultura y Deporte y reúne los contenidos de la publicación Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945) , editada por el Ministerio de Cultura en 2006, resultado de una larga investigación de Benito Bermejo y Sandra Checa [descripción aquí]. Con estos datos, hemos llegado a 680.000 registros referenciados a archivos e investigaciones.
Publicamos estos datos porque son los que hemos podido obtener. Somos conscientes de que hay actualizaciones a este listado. «Los españoles que estuvieron recluidos en los campos de concentración nazis, de los que hay constancia documental, ascienden a 9.328 –dice el experto Carlos Hernández-. De ellos murieron 5.185, sobrevivieron 3.809 y figuran como desaparecidos 334″. Nuestras cifras son inferiores en todos los casos. Y nos constan solo 68 mujeres, 29 de ellas en Ravensbrück. Sabemos que existe también una base de datos elaborada por la Generalitat de Catalunya, la Universitat Pompeu Fabra y la Amical de Mauthausen. Está en poder del Memorial Democràtic de Catalunya mediante un convenio firmado en octubre de 2015, cuando se anunció que la base de datos sería pública. Pero de momento no lo es.
Neus Català
Cuando Neus Català contaba 16 años vivió la proclamación de la Segunda República española. A los 103, murió el pasado 13 de abril, víspera del aniversario de la misma. Nacida en Guiamets (Tarragona), trabajó de enfermera en Barcelona durante la Guerra Civil. En 1939 cruzó la frontera francesa con 180 niños huérfanos de la colonia Las Acacias de Premià de Dalt. Se unió a la Resistencia y en 1943 fue arrestada por los nazis y en 1944, deportada al Campo de Ravensbrück. Formó parte de un comando de trabajo fabricando material de guerra, que contribuyó a sabotear. Una vez liberada, permaneció en Francia combatiendo el franquismo desde allí. Afiliada a las Juventudes Socialistas Unificadas durante la Guerra, tuvo después el carnet del Partido Comunista de Cataluña (PCC) y más tarde de Izquierda Unida y Alternativa (EUiA).
En 1978 la periodista Montserrat Roig, autora de Los catalanes en los campos nazis, que reseñamos anteriormente, la entrevistó para RTVE (en catalán) en el programa Personatges.
-Lo milagroso fue que no me fusilaran –dice Català con una medio sonrisa–. Fue lo extraño. Estuve condenada a cadena perpetua […] Cuando nos unimos a la Resistencia (francesa), sabíamos lo que nos jugábamos, lo hacíamos conscientemente; sabíamos que se tenía que hacer, y lo hacíamos.
-¿Cual fue tu primera impresión del campo de Ravensbrück?
-No lo sabrá nadie explicar nunca. Es indescriptible. Llegamos mil mujeres a Ravensbrück a las tres de la madrugada con una temperatura de 22 grados bajo cero. Los guardas nos sacaron a bastonazos del vagón. Acompañábamos a las mujeres enfermas porque si no las hubieran matado a palos las dos filas de [oficiales de las] SS. Pasando las barracas vimos a unas mujeres asomadas a unas ventanas y pensamos que eran unas muertas que salían de la tumba. Solo los ojos tenían vida. El resto eran cadáveres. Recuerdo el campo en blanco y negro: el campo era negro y estaba todo nevado. Hacía un frío terrible. (…) Tengo una visión de Ravensbrück: una mujer electrocutada.