La documentación de los archivos: clave para investigar el Valle de los Caídos

Entrevista a la historiadora Queralt Solé. Por Eli Pachón, con la colaboración de Laura Cuesta y Concha Catalán

Para celebrar el Día Internacional de los Archivos, publicamos una entrevista con Queralt Solé, doctora en Historia, profesora de la Universitat de Barcelona y autora de Els morts clandestins y otros textos sobre los traslados de restos de víctimas de la Guerra Civil al Valle de los Caídos. También incorporamos un nuevo conjunto de datos, procedente de dicho libro, con 4.089 registros de restos de personas trasladadas al Valle procedentes de diversos municipios de las provincias de Lleida (1.956) y Tarragona (2.133). El total incluye 953 personas no identificadas, de las que no quedó registrado ni nombre ni apellidos; o solo el nombre de pila (de cinco de ellos). 

En las investigaciones de Queralt Solé es fundamental el uso de la documentación de archivo. Desde ihr.world reivindicamos el papel social de los archivos y la necesidad de abrirlos para promover el derecho de acceso al patrimonio documental.

¿Cómo quiso presentar el régimen franquista el Valle de los Caídos a la población? ¿Con qué idea y objetivo se llevó a cabo la construcción?

Pues depende del momento. En 1940 lo presenta como un monumento para los vencedores. Pero a medida que pasa el tiempo y no se construye en el año que estaba previsto, cambia el discurso. Cuando se inauguró en 1959, se presenta como un monumento de reconciliación, apelando a una idea del perdón hacia los que no eran verdaderos españoles.

¿El régimen facilitaba a los familiares la localización de los muertos?

El régimen facilita, es decir, no pone trabas, a aquellas familias que están buscando los “muertos caídos por Dios por España” cuando termina la guerra y se abre todo el proceso relacionado con la Causa General, a partir de abril de 1940.

A partir de 1958, cuando empieza a buscar restos de muertos durante la guerra para ser trasladados al Valle de los Caídos, el régimen ya no facilita nada. Lo que hace es informar: informa por el Boletín Oficial del Estado (BOE), por el Boletín Oficial de la Provincia, a partir de los bandos, de las alcaldías, etc. Informa del hecho de que van a hacer este traslado y, si alguien sabe que su muerto está en una fosa que va a ser trasladada, pues puede decir que no la trasladen o puede ir a recuperar los restos. Esto deberá hacerlo por su cuenta y riesgo. Sin embargo, no hay una voluntad de buscar a un muerto para informar a la familia: el objetivo es localizar fosas para trasladarlas al Valle.

¿Cuándo empezaron los traslados de cuerpos al Valle? 

Empiezan en 1958 y terminan en 1983. Hay diversas fases: inicialmente quieren intentar que todos los traslados sean con consentimiento familiar. Luego se dan cuenta que, solo con este consentimiento no tienen suficiente restos, y es entonces cuando hay una segunda fase en la cual ya no esperan el consentimiento familiar [Hay diversos casos documentados de traslado sin consentimiento,  como los de los familiares de Pedro Fausto Canales o Joan Pinyol]. 

Hay años en los que no se trasladan a nadie y otros en los que se trasladan a una o dos personas. Todo ello hasta 1983, cuando se traslada el último desde Vilafranca del Penedés. Después del golpe de estado del 23F (23 de febrero de 1981), hubo más de doscientas solicitudes de traslados, cuando durante años no había habido ninguna.

¿Los familiares podían solicitar al régimen el traslado de sus muertos?

Sí, porque todo fue público. El régimen, aparte de en los diversos boletines oficiales, también puso anuncios en los periódicos. Se informaba a las familias de la posibilidad de trasladar a sus seres queridos al Valle, siempre que hubieran muerto durante la Guerra Civil y fueran católicos. Esto lo podían pedir al Ayuntamiento y este lo vehiculaba hacia el gobernador civil. El régimen ponía todas las facilidades y no tenían que pagar nada, lo asumía todo el Estado. Si por contra una familia sabía que su muerto estaba en una fosa y decía “no, no, aprovechando que hay todo este movimiento de exhumaciones hacia el Valle de los Caídos, yo lo que quiero es recuperar los restos”, aunque fuese franquista, la respuesta era: “Ningún problema, pero usted carga con todos los gastos”.

Entonces es a partir de 1958 cuando también se trasladan restos de republicanos…

Sí, a partir de 1958. Menos mal que el BOE publicó en 1940 el decreto de creación del Valle de los Caídos, porque si no la falacia del relato de que es un “monumento de reconciliación” aún hubiese triunfado . Por suerte, en 1940 el texto es muy claro sobre para quién se construye este monumento [Ver El Valle para los Caídos en la Cruzada… y otros].

En 1958, la situación nacional en España e internacional es muy diferente; está la voluntad española de unirse a una Europa que va hacia la unificación, a ser reconocida en la ONU… Todo había cambiado mucho. En 1958 el régimen acepta que también se trasladen fosas de republicanos soldados y civiles. 

Aquí es cuando encontramos muchos documentos de los ayuntamientos, que son los que se ponen en contacto diciendo que no tienen claro qué hacer con las fosas de soldados republicanos. Es entonces cuando el régimen dice: sí, esas también. Así, el régimen puede vender con más ahínco esta idea reconciliatoria, diciendo que en el Valle hay muertos de ambos bandos, que todos eran españoles. 

¿Es el propio régimen el que se encarga de los traslados de cuerpos?

Sí, crean una comisión específica para los traslados al Valle, cuya documentación principalmente está en el Archivo General de la Administración. Esta comisión emite las circulares correspondientes cada año y contacta con el gobernador civil para que este traslade la petición a los alcaldes y para que estos le respondan qué fosas hay en su término municipal. Entonces se hace todo a nivel piramidal administrativamente: desde el Ministerio de Gobernación hacia los gobernadores y alcaldes y, de vuelta, de los alcaldes al gobernador y al Ministerio.

Y aquí, por ejemplo, documentalmente encontramos muchas diferencias en función del gobernador civil que hubiese, pues alguno era más detallista e informaba de todo. Por ejemplo, el gobernador civil de Almería, si no recuerdo mal, cada año estableció que debía haber unos traslados determinados al Valle y cada año se trasladaban; había un día en que se hacía una ceremonia y se trasladaban restos al Valle de los Caídos.

¿Cómo se decide qué fosas se exhuman?

Se decide desde el Ministerio, es decir, es el gobernador envía toda la información al Ministerio y la comisión decide. También hay documentación diversa de ayuntamientos que piden trasladar sus fosas durante años. Porque también hay una cuestión práctica por parte de los ayuntamientos: trasladar cuerpos al Valle de los Caídos para ganar espacio en el cementerio. Si la fosa no fue escogida en su momento, se pide que sea trasladada. Pero la decisión final se toma en Madrid.

¿Y con qué criterio?

El criterio no lo conocemos, aún no lo hemos establecido. Yo pienso que inicialmente en la primera fase, 1958-1962, más o menos, es por criterio de recogida de cajas en un camión. Se seguiría el siguiente criterio: “no iremos hasta este pueblo sino que pasaremos por la nacional y ya está”. Creo que es un criterio práctico, pero seguimos estudiando..

¿El régimen promovió el tráfico indiscriminado de restos? 

El régimen discursivamente decía que no quería hacer diferencias, pero cuando se analiza la documentación de los archivos,  las diferencias siempre están presentes, es decir, cuando buscando fosas siempre están pensando en soldados o civiles represaliados o muertos defendiendo la España que ellos creen que se tenía que defender. Cuando son trasladados al Valle de los Caídos sí que son colocados en las criptas de forma indiscriminada por lo que sabemos, pero en cambio se hace una cosa que se llama el ‘Libro de los muertos’.  En este solo se recogen los nombres de aquellos en los que hay nombre y apellido conocido, que siempre son soldados franquistas o civiles franquistas. En muy pocas ocasiones se envían listados con las identidades de los soldados o civiles republicanos.

Es un discurso falso que se trata a todos por igual, porque se observa desde la propia documentación o en el ‘Libro de los muertos’, o incluso en la jerarquización dentro del Valle de los Caídos: se crea una diferencia absoluta entre unos muertos y otros .

¿Quiénes fueron las primeras personas que se enteran de que se trasladaron muertos sin consentimiento familiar?

Antes de que yo publicase mi investigación hubo un hombre que hizo mucho trabajo. Fue posiblemente de los primeros que fue consciente de que se trasladaron cuerpos sin consentimiento. Se llama Canales.  [Ver Memoria democrática a debate]

Cuando publico mi investigación y sale en Sapiens el librito con todos los nombres de los catalanes trasladados al Valle de los Caídos, es cuando Joan Pinyol averigua que su abuelo , a quien creían en Lleida, está en el Valle de los Caídos. También otra persona me llama para decirme que ha tenido un susto de muerte cuando ha visto el nombre de su familiar, que ha hecho muchas preguntas a su familia y que en realidad, no está en el Valle aunque aparezca su nombre en el listado. Cuando una familia exhumaba a alguien, nadie tachaba el nombre de un listado conforme ese muerto había dejado de estar en la fosa común. 

A partir de las investigaciones que hemos ido haciendo con los años, vemos que es poco fiable la documentación del Valle de los Caídos. Así que es algo muy posible y muy probable que un porcentaje de la información sobre los muertos que están en el Valle debe ponerse en duda; podría ser un veinte por ciento. Hay muchos casos de personas que están en los listados, pero que a la hora de la verdad no están en el Valle. [Ver Las fosas del valle de los Caídos municipio a municipio, basado en los datos del Ministerio].

Hay un caso, el de Aristot, cerca de la Seu d’Urgell. Se dice que había una fosa de soldados republicanos y cuando se decide que se traslada al Valle de los Caídos, la abren y hay botellas con los nombres de los soldados. Hay uno que es de Caldes de Montbui. Llaman, localizan a la familia y la familia sube a buscar a su muerto, y el resto son trasladados al Valle de los caídos. El nombre, si no recuerdo mal, está como trasladado y no está en el Valle porque la familia lo fue a buscar antes.

Se dan circunstancias varias. Puede ser que estén registrados como trasladados porque sí habían sido enterrados pero resulta que las familias los fueron a buscar justo cuando lo entierran, o cuando están exhumando la fosa para trasladarla al Valle porque alguien les avisa de que allí está su pariente. En general, son poco delicados a la hora de trasladar la información. Se crea un gran volumen de documentación pero, cuando la miras con lupa, ves errores. Al final depende también del factor humano, hay gente que lo hacía con mucha mucha delicadeza. 

¿Cómo cuantificaban los no identificados?

Contando cráneos, supongo, según como estaban enterrados. Los soldados franquistas normalmente están enterrados en zanjas, uno al lado del otro. Las fosas de soldados republicanos no están tan bien organizadas. [¿A cuántas personas se trasladó desde cada municipio?].

¿Qué marcaba que las cajas fueran individuales o colectivas?

La caja individual era sobre todo para aquellos familiares que lo pedían expresamente, mientras que las cajas colectivas se piensan para todos los soldados, franquistas o republicanos.

¿Y qué pasó con los restos no identificados?

En la documentación consta la procedencia, la fecha de inhumación, la fecha de exhumación… Los datos que tenían los registraban, y sobre todo el lugar de procedencia. Entonces la información que hay es: no identificado, lugar de procedencia y fecha de entrada al Valle de los Caídos.

Se estima que hay unos 33.000 trasladados. ¿Se podrá conocer en algún momento la cifra exacta?

Yo creo que nos aproximaremos, pero una cifra cerrada no creo que la podamos dar. Incluso si contáramos los cráneos, no podríamos dar la cifra de restos. Porque no se hicieron exhumaciones con garantías de esos restos, se sacaban como se sacaban. Ha habido fosas que se pensaba que aún estaban y al final resulta que habían sido trasladadas. Al número exacto de restos nos aproximaremos con una buena investigación. Pero hay unos 12.000 desconocidos. 

¿Qué documentación se generaba sobre los muertos?

Hay un montón de documentación burocrática entre administraciones, gobernador civil, Ministerio, Patronato del Valle, Ayuntamiento…  Esto por una parte. Por otra, hay unos listados de Patronato del Valle de los Caídos, que son unas plantillas que crea el Patronato para que las rellenen los ayuntamientos. También se crea un certificado oficial en cartón, con el sello del Patronato del Valle, con el nombre de la persona que está enterrada y el columbario, la fila y la cripta en que está. Incluso si es desconocido.

Aparte de esta documentación, se crea un registro de entrada, que está en el Monasterio del Valle de los Caídos, con los nombres de los restos que van entrando y la procedencia.  Y también se crea una ficha individual para cada uno de los restos, que está también en el monasterio. Esto a nivel documental, cuando los restos llegan al Valle, aparte de toda la burocracia entre administraciones. Quizás hay otros de orden interno que no hemos visto, porque los custodian los benedictinos.

Documentación del Patronato. «Relación de los gloriosos restos procedentes de la Cruzada Nacional que se envían para su eterno descanso al Monumento Nacional de la Santa Cruz del Valle de los Caídos en Culgamuros». Foto cedida por Queralt Solé.

¿Los documentos sólo se conservan en el Monasterio?

Los últimos que he comentado me los dejaron ver los benedictinos. No sé si son de los benedictinos o de Patrimonio Nacional, que es quien en principio tiene potestad respecto al Valle de los Caídos y toda la documentación. 

Hay un fondo documental importante en el archivo del Palacio Real y otro en el Archivo General de la Administración. Y además algún otro fondo en los archivos de los municipios, en los archivos comarcales, provinciales… Pero estos serían los principales.

¿Estos fueron los documentos que consultó para su investigación sobre los catalanes enterrados en el Valle?

Yo consulté principalmente la documentación que se conserva en el Archivo General de la Administración, la que se conserva en los archivos de los municipios, y la de los Archivos provinciales. En aquel momento, solo encontré documentación del Valle de los Caídos en el Archivo Histórico de Lleida. Hoy por hoy allí es donde se conserva el mayor volumen de información respecto a los traslados desde Cataluña. La encontré llamando y preguntando si les sonaba lo que buscaba. Al principio me dijeron que no. Sin embargo, al cabo de unos días me contactaron para decirme que habían encontrado unos legajos. De Barcelona aún no hemos localizado esta documentación, lo que no quiere decir que no esté ni que se esté ocultando. Quiere decir que a lo mejor son fondos que están por catalogar: esto pasa muy a menudo en muchos archivos.

¿Hubo algún archivo al que fue imposible acceder en su momento?

No me dejaron acceder al Archivo Municipal de Bot, en Tarragona. Allí hay una gran fosa que fue trasladada y yo quería ver la documentación municipal. Sin embargo, hace pocos años otra persona quiso hacer un trabajo sobre el tema y no tuvo ningún problema. Es un ejemplo que corrobora cómo al final se depende del factor humano. Puedes encontrar personas que no tienen ningún problema en dar acceso, y personas que son reticentes a dejar ver cierta documentación. 

¿Y también se conserva información sobre la construcción del Valle?

Sí, esto se está estudiando ahora. Recientemente se ha publicado una investigación arqueológica, que también ha arrojado mucha luz sobre cómo vivían los los presos. [Se trata del estudio Arqueología del Valle de los Caídos. Prospección y excavación en los espacios de vida de los trabajadores y sus familiares]

¿Había alguien dentro del régimen que se posicionara en contra de llevar a cabo estos traslados?

Sí, los carlistas. Se opusieron al monumento en sí y, de hecho, se construyeron dos monumentos para que los carlistas no fueran trasladados al Valle: uno en el municipio de Codo (Zaragoza)  y el otro en Montserrat  (Barcelona).

Esto no quita que algunos carlistas seguramente fueran trasladados. Luego hubo algunas voces que estaban en contra de que este monumento pasase a ser reconciliatorio. De hecho, el primo de Franco recoge en sus memorias cómo hay alguna gente que no ve claro esto de que allí haya muertos republicanos. Seguro que la situación creó más controversia de la que hasta ahora conocemos.

¿Qué debería pasar con el Valle?

Creo que tiene que ser un lugar que explique el régimen, un lugar didáctico. Habría que museizarlo, transformarlo en un elemento del pasado que ya no represente a nadie y que sirva para explicar el régimen. Da mucho juego porque ahora se han hecho las excavaciones de todos los poblados de los trabajadores, y puedes explicar la forma de vida de los batallones de trabajadores, la represión brutal allí, en las prisiones, las formas de vida, el hambre,… Y luego lo que pretende el monumento en sí, la arquitectura… Da muchas posibilidades para explicar el régimen. Pienso que debe perder su significado transformándose en una cosa del pasado que te explica el pasado.

Aparte de acciones que se pueden hacer, como una gran exposición con listados de nombres. Yo derribaría a la cruz, aunque lo veo imposible, porque no es una cruz que represente al cristianismo, es una voz que impone una forma de ver el mundo, como una espada nacional católica clavada al lado de la capital. Esa cruz no está marcando nada, está vigilante. Para mí, no es representativa de una religión.

FOTO: Fray Justo Pérez de Urbel dando a besar el crucifijo a Franco en la inauguración del Valle de los Caídos [1 abril 1959], por Martín Santos Yubero (Madrid 1903-1994). Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.

Mantenemos una base de datos con 1,4 millones de registros de la Guerra Civil y el franquismo. Suscribete a nuestro boletín de noticias aquí y considera la posibilidad de hacer una donación aquí. ¡Gracias!